…Espejos de tonos grises reflejan las formas de todo ser, de manera sagaz, con sólo observar sus movimientos elaborando manjares.
Su base reside en la percepción del ritmo y el compás del tiempo.
Configuran un par de perfiles elementales:
- De un lado, seres de ritmo vertiginoso, de decisiones instantáneas a la hora de elegir y preparar los alimentos. Estos viven corriendo de aquí a allá. Mientras se surten de ingredientes para su primer bocado, ya piensan cómo harán el plato final. Rara vez se paran a saborear el aroma que inunda el lugar. Ellos sienten su ritmo al cocinar e inunda toda su existencia. Se dirigen a mundos felices por un camino plagado de sucesivos momentos indigestos. No dejan tiempo a sanar su indigestión, cuando ya se vuelcan en saborear un nuevo manjar. Habitan un lugar cíclico, sus continuas decisiones ya muestran la esfera a la que se dirigen. Son portadores y creadores de muchas recetas, pero en definitiva, todas sus vidas son siempre iguales. Suben, bajan y se conducen a una vuelta más.
-Moradores de otras cocinas se distinguen por su serenidad y su ritmo tan pausado, que puede conducir al hastío. Se detienen a cada paso tratando de saborear el jugo hasta del más insignificante ingrediente. Se vuelcan en la elaboración sin percibir que el mundo sigue girando a su alrededor. Flotan conducidos por los aromas sumidos en eternas digestiones. Digestiones que nunca acaban, o más bien, comienza una nueva al percibir que la anterior se acerca a su final.
Ambos perfiles cocinan deseando la misma llegada, que nos es otra que, disfrutar del sabor de una deliciosa exquisitez…
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