jueves, 7 de julio de 2011

Aquí sigo...(hoy con más pájaros en mi cabeza)

Hoy, día 7 del mes 7, se cumplen 7 años del comienzo de esta nueva vida mía. No logro imaginar qué estaba ocurriendo tal día como hoy hace siete años. Lo que si tengo claro es que fue o sería una jornada trágica para todos y todas que, de alguna manera, sentían alguna conexión conmigo. No voy a escribir de entoces, pues es algo ya pasado y ahí debe residir. Lo que sí intento decir, o describir con mis letras, es la manera mediante la cual un hecho que comienza en la oscuridad más oscura de lo más oscuro, se consigue transformar en claridad, en ganas de descubrir, de preguntar, de saciar esa curiosidad innata, de investigar, de conocer, de saltar, de cantar, de bailar, de abrazar, de besar, de ser besado y abrazado, de sentirse agradecido, ...

No existe ninguna fórmula secreta, todas las preguntas encuentran sus respuestas en su momento adecuado.

Yo me solía y me suelo impacientar cuando quiero algo y quiero que ocurra ya. Este es mi principal error, algo que creía saber, pero que he tenido que volver a aprender. Tampoco consiste en pensar que como todo tiene su momento, pues me sentaré a esperar. Sentarse nos sentaremos para descansar, para dosificar y para volver con más energía a nuestro caminar.

Cuando empecé este nuevo sendero, constantemente me impacientaba. No era feliz con esto que me había llegado repentinamente y siempre buscaba la manera de no afrontar mi realidad. Fue duro, muy duro, pero cuando descubrí la manera de cómo dar un primer paso, todo comenzó a tornarse de otro color u otros colores.

Hoy, tras mis primeros siete años de esta nueva andadura, miro de reojo y me veo al inicio, veo la progresión y veo los diferentes horizontes que he ido descubriendo; veo señales de muchos más que me quedan por descubrir.

Intento decir que tal día como hoy, en lugar de ser, como podría haber sido, un día trágico recordando lo ocurrido y lamentándome una vez más, es un día feliz, bueno feliz no, es MÁS FELIZ. Un día en el que brindo a mis soles y a todos los soles. Un día en el que me rio y no paro de reirme. Un día en el que mis pies no son tan pesados como de costumbre. Un día en el que no hay miedo de mirar atrás y recordar.

El sentir de hoy, ha sido impulsado por eso que anhelaba. No ha llegado aún, pero ya me ha orientado al lugar donde puede darse su encuentro. Hoy siento que ayer, anteayer, la semana pasada, la anterior, el mes pasado, el anterior, el otro y el otro... todo lo realizado y todo lo aprendido en ese tiempo, son los hacedores de este estado de ánimo y de que ocurra todo lo ocurrido. Ocurrido y destinado a volverme a encontrar, a volverme a sentir cerca de lo que siempre he deseado.

No logro imaginar hacia donde me guiarán mis pies mañana, pero lo que sí sé es que ellos me llevarán, y yo me dejaré llevar, allá donde ellos decidan que es el mejor lugar.