No busca justificación alguna, sólo una forma apropiada de vivir, apropiarse en la memoria de lo suyo. La vida no necesita justificante, pero sí un permiso digno de salida.
viernes, 30 de enero de 2009
miércoles, 28 de enero de 2009
Inconsistencia
Te dices: huesos, músculos,... la sangre.
A veces no te explicas cómo alzas
este cuerpo más grave que la carne,
cómo erguido traspasas cada día
sin saber quién ni a dónde, todavía
de la mano del sueño donde cumplen
los deseos -el miedo- sus hazañas,
goteando su ausencia como un hilo
sobre el puente hasta el sueño -otra vez-.
En la interrogación a veces surge
la voluntad y te preguntas cómo
en medio del cercado de los ciclos
es posible un paréntesis de vida,
un silencio alcanzado con palabras
que te exculpen de estar entre silencios.
miércoles, 21 de enero de 2009
domingo, 18 de enero de 2009
Juan José Millás sobre escritura
Venía a decir más o menos, en un programa de televisión, que la frase “escribir es vivir” era una excusa autojustificativa que ocultaba la verdadera disyuntiva, la elección entre ser personaje de una novela (vivir) o escribirla.
sábado, 17 de enero de 2009
jueves, 8 de enero de 2009
martes, 6 de enero de 2009
lunes, 5 de enero de 2009
Pablo García Baena
El bosque no pisado es siempre oscuro.
Enfila cualquier senda, da lo mismo
la zurda o la diestra, mas camina
sin suelo contemplando aquellas copas,
los trinos y corteza, los frutillos
y tierra húmeda calando el cuerpo.
No prestes atención a lo que huye
adelante y atrás, sé este círculo
de agua. Pósate en este claro.
Sé preclaro en el bosque siempre oscuro.
domingo, 4 de enero de 2009
El examen
En el sueño, recurrente hasta la pesadilla,
cometía el error de la esperanza, su hartazgo,
mantenerse inactivo en el miedo
(en medio de un pasillo infinito)
hasta que llegara lo imposible,
el deficiente paraíso del aprobado,
la utopía compasiva de la connivencia.
Ahora ya no espera y temerario, aún en sueños,
se entrega al estudio hasta el deliquio
insobornable del sobresaliente suspenso
(en el aula final del pasillo).
sábado, 3 de enero de 2009
Después de ti
Te deslizas entre mis manos, mis dedos te analizan suavemente y te esparces entre sus líneas.
Da comienzo el juego que configurará nuestra más íntima conexión. Me impregno de tu sabor, te esparces por todo mi cuerpo. La danza continúa uniéndote a mis labios una vez tras otra. Creamos mundos imaginarios configurando nuestra realidad.
Después de un enérgico estremecimiento llegamos a su conclusión fundidos por un destello de calor.
Parece que acaba todo pero no, no llega aún su fin. Preparo tabaco para liar un cigarro. Una vez hecho, lo enciendo y fumo el más placentero de ellos. Este cigarro culmina la plácida sensación mencionada. Extenúa la agitación y se abraza a la calma extrema. Serena mi interior iniciando un concierto de colores. Un nuevo y relajado orden interno, proporciona diferentes estímulos que empujan mi caminar.
viernes, 2 de enero de 2009
tres gotas para un vaso lleno
Una plaza es un callejón sin salida muy transitado, un círculo vicioso.
***
Ser misántropo consuela de ser tan estúpido.
***
Escribir con pesimismo levanta el ánimo.
Hablaba muchas veces de su experiencia. Lo que se creía con derecho a llamar así era algo que había chupado de los libros, una gran desconfianza y un gran desprecio por sus semejantes.
(De "Senectud", Italo Svevo. Traducción de Carmen Martín Gaite)
****
Desde que se fue sólo hacía buscar una solución en los libros a tanto enigma estulto dejado en el aire. Pero aquellas páginas no daban una sino mil soluciones todas válidas, y un sólo error latiendo triste y hondo como el mundo. Lo que quedó en paréntesis transformóse en silencio de libros macerados, como relojes blandos, y calles putrefactas de risas.
Última frontera
Pasajeros del miedo y capitanes nocturnos
cruzaron esa costa que uno sueña a veces como patria:
la muerte en los faluchos, la niebla en los faros,
un escritor yanqui como una cuba, ahíto,
y una amable joven que tal vez nunca estuvo
junto a mi en los viajes que la pasión emprende.
A un lado, la medina de esquinas turbulentas
y, al otro, oficiales puede que galeses.
Yo nací junto a un río que no existe hace mucho,
a la vera de un puerto donde el dinero es la ley.
Traíñas desguazadas, comerciantes cansados,
la bruma que amanece desfigura los rostros
y dioses distintos se lanzan a la calle,
en búsqueda de alguien que hoy les reconozca.
En Tánger, yo fui otro. En Gibraltar, sentí
que no hay bandera que sirva ni que merezca una muerte.
En Algeciras, estuve riñéndole a mi vida,
renegué de los años, maldije cuanto soy
y me libré a puñetazos de esa oscura memoria
que saca su cuchillo y lo esgrime delante
de un hombre que no sabe qué sentido tiene
soñar con nuevos mundos si no es posible éste.
Me quise forajido de la última frontera,
un vaso de té, una canción suave, mi cárcel fuere,
quizá un cigarrillo compartido al crepúsculo,
en un bar donde aceptase que el mar es el morir.
He aquí el Estrecho, acaricio su mapa.
Un almuédano grita hermosamente, un tipo
alija el contrabando, una muchacha rubia
dice I want you, no sin cierta ternura.
Uno estaba escrito de antemano entre sus casas,
como un barrunto del viento y el ánimo mestizo,
amurado a babor de su melancolía,
fugitivo, proscrito y sin salvoconducto.
Sobre el bajel del tiempo, yo vigilo las olas
y antiguas emociones siguen encalladas
contra el viejo muro de mis propios arrecifes.
Somos ese cadáver que está sobre la arena,
preguntándonos a todos quién es el culpable.
(De "Las causas perdidas", Juan José Téllez. Ediciones Endymion)
jueves, 1 de enero de 2009
La vieja
La piel rugosa y fría de la pared.
La espalda ya encorvada del cuarto de baño.
Los ojos de los fogones capaces de alimentar.
La boca silenciosa de la puerta donde no entran moscas.
La veste blanquísima del aire.
Los abalorios de las cosas y el mobiliario.
El pecho del balcón palpitando según tiempo.
La lubricidad con moho de las tuberías, lo indecible y la memoria.
El alma , la chimenea ausente o la estufa solitaria.
Las manos de los libros y los pies extensos del mármol.
El regazo estudioso del sillón.
La infidelidad del televisor.
La otra vieja indiscreta, la ventana a los vecinos.
El extraño nieto acabando no se sabe en un cuaderno.