viernes, 30 de enero de 2009




No busca justificación alguna, sólo una forma apropiada de vivir, apropiarse en la memoria de lo suyo. La vida no necesita justificante, pero sí un permiso digno de salida.



miércoles, 28 de enero de 2009

Inconsistencia




Te dices: huesos, músculos,... la sangre.



A veces no te explicas cómo alzas

este cuerpo más grave que la carne,

cómo erguido traspasas cada día

sin saber quién ni a dónde, todavía

de la mano del sueño donde cumplen

los deseos -el miedo- sus hazañas,

goteando su ausencia como un hilo

sobre el puente hasta el sueño -otra vez-.



En la interrogación a veces surge

la voluntad y te preguntas cómo

en medio del cercado de los ciclos

es posible un paréntesis de vida,

un silencio alcanzado con palabras

que te exculpen de estar entre silencios.



martes, 27 de enero de 2009



Courbet



El origen del mundo no se da importancia a sí mismo. Vive, palpita, brilla en su oscuridad. Sonríe ante la embestida de la duda. Condesciende a la glosa. No necesita.



miércoles, 21 de enero de 2009

domingo, 18 de enero de 2009

Juan José Millás sobre escritura


Venía a decir más o menos, en un programa de televisión, que la frase “escribir es vivir” era una excusa autojustificativa que ocultaba la verdadera disyuntiva, la elección entre ser personaje de una novela (vivir) o escribirla.



sábado, 17 de enero de 2009




El azafrán, las hebras líquidas del güisqui.






Lars Frydén. Gustav Leonhardt


Güisqui. El círculo insistente

de una sonata de Bach

para violín y clave sostenido

en las volutas del tabaco.

Resquebrajarme limpio, después

moroso diluirte con el hielo.



jueves, 15 de enero de 2009




Una lámina de hielo

que cercene las vocales.



Escudarse en la bufanda.



jueves, 8 de enero de 2009




Vivir la marejada imperceptible de los gestos,

la permanente incertidumbre de lo vero a medias.

Agarrarse al pecio aparecido de una caricia:

fantasma desgajado, futurible, de aquel barco.



miércoles, 7 de enero de 2009




Agua que arriba

a la orilla en rumor

de despedida.



martes, 6 de enero de 2009




El sol temprano en los bloques de edificios

que no son altos árboles de cemento

ni monumentales tajos o cañones

con sus valles y hondos ríos de cemento.

La metáfora, palaústre caído

que se hundió fosilizada en el cemento.

La metáfora vil de una metáfora,

ripioso endecasílabo de cemento.



lunes, 5 de enero de 2009




La vida es como un bosque

Pablo García Baena


El bosque no pisado es siempre oscuro.

Enfila cualquier senda, da lo mismo

la zurda o la diestra, mas camina

sin suelo contemplando aquellas copas,

los trinos y corteza, los frutillos

y tierra húmeda calando el cuerpo.

No prestes atención a lo que huye

adelante y atrás, sé este círculo

de agua. Pósate en este claro.

Sé preclaro en el bosque siempre oscuro.



domingo, 4 de enero de 2009

El examen


En el sueño, recurrente hasta la pesadilla,

cometía el error de la esperanza, su hartazgo,

mantenerse inactivo en el miedo

(en medio de un pasillo infinito)

hasta que llegara lo imposible,

el deficiente paraíso del aprobado,

la utopía compasiva de la connivencia.


Ahora ya no espera y temerario, aún en sueños,

se entrega al estudio hasta el deliquio

insobornable del sobresaliente suspenso

(en el aula final del pasillo).



sábado, 3 de enero de 2009

Después de ti

Llegada la noche, nos dirigimos a nuestro encuentro para dar comienzo al delicioso ritual.
Te deslizas entre mis manos, mis dedos te analizan suavemente y te esparces entre sus líneas.
Da comienzo el juego que configurará nuestra más íntima conexión. Me impregno de tu sabor, te esparces por todo mi cuerpo. La danza continúa uniéndote a mis labios una vez tras otra. Creamos mundos imaginarios configurando nuestra realidad.
Después de un enérgico estremecimiento llegamos a su conclusión fundidos por un destello de calor.
Parece que acaba todo pero no, no llega aún su fin. Preparo tabaco para liar un cigarro. Una vez hecho, lo enciendo y fumo el más placentero de ellos. Este cigarro culmina la plácida sensación mencionada. Extenúa la agitación y se abraza a la calma extrema. Serena mi interior iniciando un concierto de colores. Un nuevo y relajado orden interno, proporciona diferentes estímulos que empujan mi caminar.

viernes, 2 de enero de 2009

tres gotas para un vaso lleno




Una plaza es un callejón sin salida muy transitado, un círculo vicioso.

***

Ser misántropo consuela de ser tan estúpido.

***

Escribir con pesimismo levanta el ánimo.






Hablaba muchas veces de su experiencia. Lo que se creía con derecho a llamar así era algo que había chupado de los libros, una gran desconfianza y un gran desprecio por sus semejantes.

(De "Senectud", Italo Svevo. Traducción de Carmen Martín Gaite)

****

Desde que se fue sólo hacía buscar una solución en los libros a tanto enigma estulto dejado en el aire. Pero aquellas páginas no daban una sino mil soluciones todas válidas, y un sólo error latiendo triste y hondo como el mundo. Lo que quedó en paréntesis transformóse en silencio de libros macerados, como relojes blandos, y calles putrefactas de risas.



Última frontera


Pasajeros del miedo y capitanes nocturnos

cruzaron esa costa que uno sueña a veces como patria:

la muerte en los faluchos, la niebla en los faros,

un escritor yanqui como una cuba, ahíto,

y una amable joven que tal vez nunca estuvo

junto a mi en los viajes que la pasión emprende.


A un lado, la medina de esquinas turbulentas

y, al otro, oficiales puede que galeses.

Yo nací junto a un río que no existe hace mucho,

a la vera de un puerto donde el dinero es la ley.

Traíñas desguazadas, comerciantes cansados,

la bruma que amanece desfigura los rostros

y dioses distintos se lanzan a la calle,

en búsqueda de alguien que hoy les reconozca.


En Tánger, yo fui otro. En Gibraltar, sentí

que no hay bandera que sirva ni que merezca una muerte.

En Algeciras, estuve riñéndole a mi vida,

renegué de los años, maldije cuanto soy

y me libré a puñetazos de esa oscura memoria

que saca su cuchillo y lo esgrime delante

de un hombre que no sabe qué sentido tiene

soñar con nuevos mundos si no es posible éste.


Me quise forajido de la última frontera,

un vaso de té, una canción suave, mi cárcel fuere,

quizá un cigarrillo compartido al crepúsculo,

en un bar donde aceptase que el mar es el morir.

He aquí el Estrecho, acaricio su mapa.

Un almuédano grita hermosamente, un tipo

alija el contrabando, una muchacha rubia

dice I want you, no sin cierta ternura.

Uno estaba escrito de antemano entre sus casas,

como un barrunto del viento y el ánimo mestizo,

amurado a babor de su melancolía,

fugitivo, proscrito y sin salvoconducto.


Sobre el bajel del tiempo, yo vigilo las olas

y antiguas emociones siguen encalladas

contra el viejo muro de mis propios arrecifes.


Somos ese cadáver que está sobre la arena,

preguntándonos a todos quién es el culpable.


(De "Las causas perdidas", Juan José Téllez. Ediciones Endymion)



jueves, 1 de enero de 2009

La vieja


La piel rugosa y fría de la pared.

La espalda ya encorvada del cuarto de baño.

Los ojos de los fogones capaces de alimentar.

La boca silenciosa de la puerta donde no entran moscas.

La veste blanquísima del aire.

Los abalorios de las cosas y el mobiliario.

El pecho del balcón palpitando según tiempo.

La lubricidad con moho de las tuberías, lo indecible y la memoria.

El alma , la chimenea ausente o la estufa solitaria.

Las manos de los libros y los pies extensos del mármol.

El regazo estudioso del sillón.

La infidelidad del televisor.

La otra vieja indiscreta, la ventana a los vecinos.

El extraño nieto acabando no se sabe en un cuaderno.






Noche rojiza

de sordo sirimiri.

¿Por dónde vago,

en qué páramo adentro

de la misma ciudad?