Se oye con más fuerza ese cálido sonido. El que nos va a
volver a acompañar. El que ha escuchado al fin nuestros gritos de auxilio. Se
acerca despacio, con cautela y con pasos firmes, dando luminosidad a esta tez
enmohecida. Más que moho, es un cúmulo de máscaras ensombrecidas por la
oscuridad que ilumina el interior.
Esta oscuridad se ha esclarecido en un instante. Instante
que ha transformado todo cuanto hay alrededor.
-“Triste y opaca caverna gris, has quedado sorprendida por
un baño multicolor, que ha pintado tus paredes.”
Una avalancha de imágenes, cruza velozmente y, muestra
cuerpos metálicos con diversas siluetas. Tras ellas, surgen trochas perfilando el
paisaje, y juntas, muestran un trayecto a recorrer.
Trayecto sin principio ni final.
Trayecto que ha de andarse sin andar.
-“Dedos y manos caminaréis, serenos y pausados, con esperanza
de ser embelesados por ese cálido sonido.”