martes, 21 de febrero de 2012

VIVIR EN POESÍA


Hay quien sabe escribir poesía.
-Yo no.
Hay quien recita poesía.
-Tampoco yo.

Yo no quiero saber escribir,
ni tampoco recitar,
ni quiero saber leer.

Sólo aspiro, eso sí,
a vivir en la sorpresa.
La de oir bajar al sol 
sumergiéndose en el mar.

Quiero que me conmueva esa hoja,
que se lanza sobre mi
cuando paso bajo un árbol.

Jugar con la mariposa
que se ruboriza y se esconde,
para no salir en la foto.

Despertar en una sierra,
con el delicioso olor, que,
a la llegada del alba,
ofrece la tierra.

Ver llegar la espuma,
esa que traen las olas
cuando mueren en la playa,
o cuando esculpen, sin prisas,
el torso de un acantilado.

Quiero, 
   quedar boquiabierto muchos días
     y llenarlos de instantes sin parpadear.

¿Próximo destino?


Me iré dónde nadie me espere,
allá donde aprendí a caminar.
Donde estaba acompañado,
aún estando en soledad.
Donde la noche me arropa,
donde me guía la luna.
Donde el Sol seca mi cuerpo,
del rocío de la mañana.

Allá tendré que marcharme,
huiré de esta ciudad.
Tan inhóspita, tan fría, 
tan extraña y tan fugaz.
Tan cargada de ruidos;
imposible respirar.

No sé cuando, ni sé cómo.
No sé del todo el por qué.
Lo que sé bien, es donde,
y con eso me conformo.

El resto quizás lo aprenda,  
o me lo invente, tal vez.

lunes, 20 de febrero de 2012

IGUAL DA IGUAL.


Igual miento si digo,
que no conozco aquel lugar,
donde el viento sopla  fuerte
y nada se tambalea.

Igual digo la verdad
y menciono esos graznidos
que no dejan de sonar.
Siempre vienen y,
más perdidos que convencidos, 
siempre se van.

Igual ni miento, ni digo la verdad,
y logro comprender,
este grito del silencio ,
que persuade a mis palabras
para llevarlas consigo.

Igual da igual
y estas letras,
mientras se van enlazando,
son mentira y son verdad.