miércoles, 23 de diciembre de 2015

Algo muy familiar

Papá y mamá se juntaron por mero interés. Con el paso de los años, han logrado tener un gran número de hijos/as. De entre todos estos hijos/as, son dos de ellos los que protagonizan la siguiente historia.
Estos hijos, por darles algún nombre: hijo A e hijo B, son unos hermanos un tanto peculiar. El hijo A, es algo así como un señor viejuno y muy serio, que se ríe pa dentro. Este hijo A, fue criado con sus titos y su abuelo. Pasó su infancia en un ambiente un tanto rancio, a la vez que competitivo. Él no llamaba mucho la atención y por eso todos sus familiares pasaban de él, lo usaban como blanco de bromas de mal gusto. Era el chico de los recados y se comía todos los marrones. Siempre quedaba relegado de su ambiente tan familiar. Esto, sentó las bases de la “persona” que hoy es.
El hijo B, de menos edad, también pasó su infancia apartado de papá y mamá. Fue enviado a otra rama familiar. Ésta, parecía menos conservadora, menos tradicional. El hijo B, gozó de algo de “libertad” pero, bajo ningún concepto, debía olvidarse de su procedencia (libre si, pero sin salirse del tiesto).
En la actualidad, los dos hermanos viven con la obsesión de impresionar a papá y a mamá. Han de demostrar, de forma permanente, quién es el mejor hijo, el más obediente, el que trae las mejores notas.
Ambos suelen enzarzarse en múltiples peleas por demostrar quien está por encima del otro, intentando mostrar su fortaleza.
En ocasiones, incluso han conseguido que aparezcan más hermanos o hermanastros, para intensificar la batalla entre ambos.
Con todo esto, han creado un espacio de lucha, con la intención de conseguir hacer ver a papá y a mamá, quien es el mejor hijo.
Se avecinan fechas en las que se recibirán regalos y tanto A como B, quieren conseguir, el más valioso regalo, que mamá y papá estén dispuestos a entregar.
Mientras tanto, mamá y papá observan a sus hijos en sus batallitas y los dejan hacer. A papá y a mamá lo que más les ha preocupado siempre son los números. Números traducidos en notas. A papá y mamá no les importa, incluso les divierten estas peleitas entre sus niños, siempre que traigan buenas notas.
Llegado tan esperado día, el hijo A y el hijo B presentan sus notas a papá y a mamá. Tratan de maquillar el resultado, para mantenerlos contentos. Aunque éstos, bien saben lo ocurrido. Quedan algo disgustados, porque no son sus mejores notas y esperaban más de ellos, pero han conseguido volver a ser el primero y el segundo de la clase.
Ahora es cuando mamá y papá toman la iniciativa. Mandan al hijo A y al hijo B a sus habitaciones para que reflexionen sobre lo ocurrido. Sólo saldrán de sus habitaciones cuando se “tranquilicen”, “hablen” y hagan exactamente lo que papá y mamá les ordenen.
Han de hacer caso a papá y a mamá, para que todo vuelva a la normalidad, a su normalidad.
Normalidad creada por los progenitores, en la que siempre han de permanecer, condenados a entenderse para asegurar la felicidad de papá y mamá.  Ya que no querrán hacerlos enfadar, si no...




Moraleja: Votad a quien queráis. Ya no vivís en ese país en el que nacisteis. Ahora sois súbditos de papá Euro y mamá Troika, dueños absolutos de los Estados Unidos de Europa, país al que os debéis y parece que todavía no os habéis enterao.

jueves, 6 de agosto de 2015

¿VOLVER?

Cuando ya se ha caminado, no es necesario volver.
Volver es repetir; grabar círculos concéntricos en tu frente.
Es ocupar un mismo espacio donde mora el óxido,
donde huele a tiempo pasado.

Pasado y ya cantado, sin nada que ofrecer.
Pasado que quiere ser presente,
parar el tiempo y esconder el futuro.

No hay lugar a Volver.
Ni de manera fugaz, 
ni para pillar aliento y luego continuar.

Volver viene disfrazado,
pero nada ha de ser igual.

Quedan lugares por descubrir,
quedan lugares por inventar.
Cada vuelta es malgastar
ese tiempo que, sin que se note, se va.

Queda mucho por leer, escribir, anotar, dibujar,
Colorear, pintar, tocar, sentir, cantar, bailar…
Sin necesidad de volver, y perderse otro final.
Otro final muy distinto a ese que ofrece 
Cada vuelta al mismo lugar.

lunes, 3 de agosto de 2015

Quimeras

Donde moran los sueños,
todo renace, es eterno.
Una marcha de sonidos,
entre imágenes y gestos.

Nada importa en este hogar,
al quedar embelesado,
cuando comienza el sueño.

Libres saltos en el tiempo;
estar aquí y en el ayer.
Sin salir de este presente,
sin saber ni cuándo es.

Nada importa en este hogar,
al quedar embelesado,
cuando comienza el sueño.

Imaginar y sentir,
que eso vivido es real.
No necesitas salir,
cierra los ojos; y a volar.