sábado, 4 de marzo de 2017

SILENCIOSO SONIDO VISIBLE

Cuarenta y tres, cincuenta, cien, mil, millones de maneras de caminar.
Todas muy distintas y muy iguales todas.
Maneras de caminar susurrando similares melodías .
Melodías éstas, que son un canto anunciando lo que va a llegar, lo que ya está viniendo.
Con su llegada serán barridos los oscuros horizontes.
Horizontes plagados de desapariciones, muertes, mentiras y vacías esperanzas.
De ahí, es de donde nacerán ríos de vida.
Ríos para recorrer el viejo-nuevo suelo.
Suelo del que brotan lineas, senderos, caminos, mapas...
Dibujados éstos, por los pasos del incansable número de caminantes.

Ahora

Vida ésta, que volvió a nacer.
Nació con la esperanza de ser igual que ayer.
Sin apenas darse cuenta que nada quedaba de ese ayer.

Recuerdos y poco más, es lo que queda, de ese tiempo ya pasado.
Pasado el ayer, igual que está pasando el hoy con cada letra que escribo.
Presente que desaparece con cada soplo.
Desaparece, quedando en el recuerdo y a su vez, dando vida a un futuro.

Futuro éste, creado por multitud de instantes.
Instantes que no entienden de tiempo, tampoco saben de velocidad.
Se van sucediendo según les plazca, guiados por los sentimientos.
Podrán parecer muchos y muy rápidos, o pocos y lentos.
Lo cierto es que, sólo ellos deciden cuántos y en qué momento.