miércoles, 31 de diciembre de 2008




Noche llovida.

El árbol gorjeando

se despereza,

sacude el sueño: ruido

seco de gotas y alas.



martes, 30 de diciembre de 2008




Salir no puedes.

Busca caverna adentro

otra salida.

Ese hueco de luz

en tu roca sin ti.






Charcos al sol.

Pisadas del anciano.

Luz embarrada.



lunes, 29 de diciembre de 2008

Congregación




elipsis, contorno

de la conciencia, alas,

cuchillo del aire



Cuento

(inocencia y miedo)



El cuadro representa

un niño a tinta, negro

cual sombra sin matices,

sin raza. Sólo blanco

los ojos sin trazar

proyectando un camino:

vacíos, configuran

la inocencia; la tinta,

materia bruna, el miedo.



viernes, 26 de diciembre de 2008

Excursión




Dos palillos de colores en el tendedero de una azotea

como dos niños solitarios en excursión clandestina.



La brisa libertaria y limpia enredándose en sus cuerpecillos

como el llano dúctil e irrebatible de una sábana blanca.



Contrapunto




(Mazurka. Chopin. Artur Rubinstein)



Oír el viento soberbio:

cómo anquilosa la urbe,

su patético trasiego,

con dictado incontestable.



Agradecer su dominio

insuflándole más fuerza

con delicado piano.



miércoles, 17 de diciembre de 2008

a quien leyere




Un poeta amigo, mientras charlábamos desenfadadamente sobre poesía y vida en un Café, me dijo en cierto momento de la charla, subrayando sus palabras seriamente, como avisándome de un peligro: A veces hay que preguntarse qué es la poesía.

¿Qué es la poesía?, ¿qué es la poesía para mi?,... ¿quién soy yo?

Jornada de reflexión, de relectura.

Salud.

Buenas, provechosas, gratas fiestas.

Haced temblar al nuevo año.



viernes, 12 de diciembre de 2008




Tras largo tiempo de confusiones, cuando me dijo no con palabras de reproche petitorias de cariño e insultos soterrados, intuyendo el hielo en alud que se me avalanzaba, me sentí arropado, sentí el calor en su despedida, algo parecido a una humanidad en joyel.



domingo, 7 de diciembre de 2008

sol de invierno




La intemperie va haciéndose con todo.

No hay lugar aparte si no lo inventa

el rayo de este lápiz infantil.



martes, 2 de diciembre de 2008




En nuestro mundo la discreción parece sospechosa, una forma de la ocultación.


(Sustraído del blog de Jordi Doce)




Marina




En la azul quietud de levante,

como piedras negrecidas,

inmensos buques engastados

en el oro a estrenar.



lunes, 1 de diciembre de 2008

Agnóstico




Temeroso y devoto de la vida,

el astuto azar es su contrincante:

al fin, sin desvíos ya, fiel amiga;

de mientras, juguetona, blanca amante.



domingo, 30 de noviembre de 2008

Música de cámara




Qué significa la palabra salvar

sino esta menudencia

que nos olvida del mundo artificioso

y, sí, nos devuelve al mundo

con su altruísmo de orfebre sobre el aire.



jueves, 27 de noviembre de 2008

Invocación




Resignar la mirada a lo natural,

lo que las cosas son sin el aspaviento

del deseo que las precede e ignora.

Resignar la mirada con el orgullo

y voluntad de lo mejor para sí.



martes, 25 de noviembre de 2008




in memoriam J.T.


Lenta suavidad,

bondad cristalina:

de los matices,

del vitral de una nube,

de lo que no se dice,

de lo que adviene y vuela.



El habla duele,

se quiebra en alas,

se licua en piedra.



Ve los pájaros,

su graznar de agua.



Ve ahora tu mano

de vano alcance.



lunes, 24 de noviembre de 2008

jueves, 20 de noviembre de 2008

lunes, 17 de noviembre de 2008

Contradictorio lugar, lleno de color y gentes, rebosante de aromas. A cada paso, algún niño o niña, se acerca dispuesto a venderte cualquier objeto o pedirte algo. Me siento extranjero, extraño, diferente, único e igual a otros. Siento ser el centro de muchas miradas. Mi barba, mi pelo largo resultan llamativos, pero lo que más llama la atención son mis pantalones.
Un caluroso día, paseando por sus calles, decido quitarle las “patas” a mis desmontables y las dejo caer sobre mis botas. Esto provoca cierta curiosidad en todo aquel que pasa por mi lado. Siento las miradas, oigo tímidas risas y comentarios a mi alrededor. En cualquier otra situación, esto podría resultar una ofensa hacia mi, pero no es eso lo que siento.
Es agradable observar los rostros sorprendidos de quienes se cruzan en mi paseo, aún más agradable es sentir el ritmo, tan diferente, del reloj en este lugar.

San Cristóbal de las Casas, Febrero 2002.

domingo, 16 de noviembre de 2008

recreación de una entrevista




-Entrevistador: ¿Por qué cita usted tanto a otros autores para responder a las preguntas, por qué no da su opinión personal?

-Leopoldo María Panero: Ellos tienen autoridad, prestigio. Yo soy el loco, no me hacen caso.







Hay muchos escritos en los que no queda -como el espectáculo que ofrece un riachuelo bañando de agua clara los pequeños guijarros- sino el recuerdo de las palabras que se escaparon.

***

De la imposibilidad de razonar fue de donde nacieron las artes, el apólogo, etcétera. Es asimismo de la ineptitud de razonar o del hastío de razonar sin descanso de donde nacen, en las almas vivas, la poesía, la elocuencia, las metáforas, etcétera. He aquí, sin la menor duda, una gran cualidad.

***

Nuestros pensamientos son ya una imagen del mundo, ya una producción de nuestro espíritu, ya una consecuencia de nuestra voluntad enardecida. Cuando éstos son una imagen del mundo, pintan la verdad. Si son una simple producción de nuestro espíritu, representan a nuestro espíritu y pintan algo también. Pero si son la obra o la consecuencia de nuestra voluntad, éstos no pintan nada verdadero ni apto para agradar. Son sólo trazos extravagantes, caprichos de escritor.

***

Sólo buscando las palabras se encuentran los pensamientos.


( De Sobre arte y literatura, Joseph Joubert. Traducción, Luis Eduardo Rivera. Editorial Periférica)



sábado, 15 de noviembre de 2008




-Un poema se tarda en escribir toda la vida.
Luis Muñoz
Torso de Apolo arcaico es un poema
Joan Margarit


Lo que no sabes decir da sentido a tus días. Este silencio de diamantes quebrados en la garganta, rumiando desde niño hasta por fin. Lo que no sabes decir es lo que dices.



martes, 4 de noviembre de 2008

anuncio publicitario




escribir a mano es el último grito en sensualidad, el fetiche de los más lujuriosos, los que gustan de la seda primigenia con las yemas de sus pupilas, aquéllos que comprenden la escritura como irreprimible menester, y les coge en medio de cualquier sitio



domingo, 2 de noviembre de 2008

Logomanía




Antes de su acepción, en cada palabra utilizada en sus poemas, el Diccionario previene: ant., desus. o poét..



miércoles, 29 de octubre de 2008

Un bar, una silla, un café y un cigarro. Dos chicas enfrente hablan de trabajo y yo esperando respuesta del INEM.
La calle está sonora. Los vehículos suben y bajan como todas las mañanas. La gente pasa, sus vidas corren. Unos van con papeles, otros con bolsas de la compra y algunos sin nada, simplemente pasean. Flota algo que une a vehículos y personas, la “velocidad”. Ésta se adueña de sus vidas. Corren de un lado a otro tratando de hacer posible esa multitud de historias que habitan en sus cabezas.
Yo aquí, sentado en un bar, doy un trago más al café, me hago otro cigarro y me pregunto: “¿llegarán tarde a algún lugar?”.

miércoles, 22 de octubre de 2008



¿Existe la página en blanco o quizás no sabes qué hacer con el tedio?

Sólo la duda, ese comensal a quien nadie ha invitado, nos divierte con sus arduos malabares, rompe el hielo.



sábado, 11 de octubre de 2008

En ocasiones me pregunto; "¿por qué siempre vuelvo a casa por el camino más largo?"

lunes, 29 de septiembre de 2008

domingo, 28 de septiembre de 2008

Ayer soñé que soñaba un sueño que ya había soñado.
Me desvelé, agarré el bastón y me fui a liar tabaco.
Con su humo desperté y dibujé mi vida en el aire.
No quiero ya más sueños.
Con ese suave aliento he hallado mi respirar.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Cuando las letras llaman a la puerta


Transcurren los días y te van asaltando imágenes, palabras, sonidos, olores...
Se meten dentro de ti y organizan un alocado festival del que fluyen ideas.
Ideas primigenias sin mucho sentido ni forma.
Ellas solitas crecen en su hábitat interno, toman fuerza y un día, sin apenas darte cuenta, han logrado transformarse en letras. Letras que se unen formando palabras y éstas, a su vez, forman frases.
Se avecina el momento en el cual estas letras llaman a tu puerta.
Les abres y les ofreces toda la comodidad a tu alcance.
Piden tu ayuda para salir al exterior y explorar otros mundos.
Sin pensarlo mucho, agarras papel y bolígrafo (teclado en este caso), para dar comienzo a su nuevo viaje.
Cuando están todas fuera de ti, inician su emancipación, donde conoceran otras vidas, verán a otras hermanas, viajaran a otros lugares.
Consiguen su deseada y querida libertad.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Es bello haber dialogado con la muerte.
Se logra ver lo mucho que queda por hacer y se agarra con más fuerza esta vida tratando de limar los errores de la anterior.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

"...Y creo que el motivo de llevar este destino,

es tener en el camino ese alma de molino..."

Rosendo Mercado



Intruso de un nuevo horizonte. Das pasos con cautela porque todo resulta extraño. Con sigilo avanzas de un lado a otro tratando de encontrar esa luz que te ilumine.


-No te engañes amigo, no hay luz. En esta oscuridad que te rodea sólo tú puedes encender alguna lámpara. Puedes empezar encendiendo tu mechero y, mientras haya gas, que éste te muestre a dónde ir. No tengas miedo de caer una vez más, pues tú sabes muy bien cómo levantarte.


Así fue, se marchó vagabundeando sin importarle a dónde llegaría. Su única “manera de vivir”, descubrir su vida a cada instante, en cada lugar, en cada rincón de su cabeza.

martes, 23 de septiembre de 2008

SHAULA





Esperaba tardía tu venida pero te apresuraste en el encuentro. Llegaste un atardecer por sorpresa y con sólo oír tu llegada, mi cuerpo comenzó a temblar. Me impacientaba el querer aislarte, desprenderte de la expectación. Transcurrían eternos los segundos y mi voz lanzaba gritos internos de algarabía. Cuando se apartó la portezuela, tu sombría luz acarició mis pupilas. La sangre hormigueaba en mis venas al sentirte reposar en mis brazos.
Al caer la noche comenzamos la naciente unión.

-Shaula; leves pálpitos nos empujan hacia mundos adyacentes. Mitigas las sendas temporales y dibujas soplos seduciendo mis dedos.
Juntos descubriremos cómo sentir, la que será, nuestra longeva conexión.


Amanece con un murmullo estremecedor. Ambiente festivo de tan sinceras compañeras que bailan el canto matinal de las nubes.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Incómodo asunto hurgar en las entrañas del corazón.

Enloquezco, me pierdo en laberintos ausentes de realidad. Realidad que no es otra que la que quiera uno crear, pero es dificil asomar un poco la cabeza. Entre todos los mundos posibles, hay unos que duelen en exceso, pero es bueno este dolor. Su bondad radica en un impulso que te lanza a seguir caminando por nuevas vías a explorar. Despejo todo aquello que me sobra y trato de llevar encima lo verdaderamente imprescindible.

En este nuevo camino no hay miedos, tampoco arrepentimientos por lo que se ha dejado atrás. Lo que hay son ganas, ilusiones, temblores por el deseo de partir y poco más.

domingo, 27 de julio de 2008

Pueblan mi cabeza centenares de recuerdos, de viajes espontáneos, recorriendo el triángulo de amigos que forman Puerto Real, Sevilla y Huelva. En uno de sus vértices, el de Sevilla, fue dónde nos conocimos. Solía ir de vez en cuando a visitar esa ciudad, a desconectar de mi rutina y a crear historias con amigos. Eran días enriquecedores de paseos, charlas, cervezas y porros. Yo descubría la ciudad, que me era ya conocida, pero en esa época llegué a sentirla, a olerla, a caminarla. Cualquier plaza o jardín, acera o banco, eran dignos acompañantes de interesantes y sinceros diálogos.

Este ambiente rodeaba nuestro encuentro, que un día llegó. Me sorprendió tu estancia en casa de nuestro mejor amigo en común. Al ir a saludarte saliste corriendo, más tarde volviste y te paseaste sobre nuestras cabezas. Te gustaba mucho jugar, yo me impregnaba de ti, me divertía observando tus idas y venidas por aquella terraza. La imagen que de ti me cautivó, fue ver con qué entusiasmo correteabas, te reías y te enfadabas con tu reflejo en aquel espejo apoyado en la pared. Tu temprana edad desprendía energía y vitalidad. Bastaba mirar tus ojos para esbozar una sonrisa y emergía el buen ambiente que te rodeaba.

El tiempo siguió su curso y cada cual tomó su rumbo, aún así, la última vez que nos vimos mantuvimos un sosegado diálogo. Tú estabas descansando en el balcón, yo me acerqué a ti y nos miramos. Éramos diferentes a cuando nos conocimos. Sentí tu crecimiento, esa alocada actividad de juventud la moldeaste en suave serenidad y sabiduría. Tus brillantes ojos hablaban con más fuerza tu propia voz.

Federica, cada vez que me asome a un espejo trataré de adivinar dónde te escondes.



miércoles, 23 de julio de 2008

Oda 9. Libro I



Ya ves cómo blanquea la alta nieve

en el Soracte; los cansados árboles

bajo el peso sufren; el hielo

áspero inmóviles tiene a los ríos.



Aleja el frío echando generoso

leña al fuego y un vino de cuatro años

con largueza, Taliarco, escancia

de sabina ánfora y el resto déjalo



a los dioses, que en cuanto aplacar quieran

la lucha de los vientos sobre el férvido

piélago, los viejos cipreses

y fresnos quietos quedarán ya.



No te preguntes más por el futuro

y apunta en tu haber, mozo, cada día

que te dé Fortuna y las danzas

y amores dulces aun no desprecies



mientras en tu vigor no haya morosas

canas. Ahora buscar debes el Campo

y las plazas y la nocturna

cita en que se oigan suaves susurros;



ahora la grata risa que a la niña

delate en su rincón, ahora la prenda

robada a la muñeca o dedo

que se defiendan con pocas ganas.


(del libro Odas y Epodos, Quinto Horacio Flaco [65-8 a.C.]. Traducción de Manuel Fernández-Galiano. Editorial Cátedra)



lunes, 21 de julio de 2008

martes, 15 de julio de 2008

La muerte de una mosca




Me gustaría contar la historia que conté por primera vez a Michelle Porte, que había rodado una película sobre mí. En aquel momento de la historia, me encontraba en lo que se llamaba la despensa, en la "casita" con la que comunicaba la casa. Estaba sola. Esperaba a Michelle Porte en la mencionada despensa. Con frecuencia me quedo así, sola, en esos lugares tranquilos y vacíos. Mucho rato. Y fue en aquel silencio, aquel día, cuando de repente, en la pared, muy cerca de mí, vi y oí los últimos minutos de la vida de una mosca común.

Me senté en el suelo para no asustarla. Me quedé quieta.

Estaba sola con ella en toda la extensión de la casa. Nunca hasta entonces había pensado en las moscas, excepto para maldecirlas, seguramente. Como usted. Fui educada como usted en el horror hacia esa calamidad universal, que producía la peste y el cólera.

Me acerqué para verla morir.

La mosca quería escapar del muro en el que corría el riesgo de quedar prisionera de la arena y del cemento que se depositaban en dicha pared debido a la humedad del jardín. Observé cómo moría una mosca semejante. Fue largo. Se debatía contra la muerte. Duró entre diez y quince minutos y luego se acabó. La vida debió acabar. Me quedé para seguir mirando. La mosca quedó contra la pared como la había visto, como pegada a ella.



Me equivocaba: la mosca seguía viva.



Seguí allí mirándola, con la esperanza de que volviera a esperar, a vivir.



Mi presencia hacía más atroz esa muerte. Lo sabía y me quedé. Para ver. Ver cómo esa muerte invadiría progresivamente a la mosca. Y también para intentar ver de dónde surgía esa muerte. Del exterior, o del espesor de la pared, o del suelo. De qué noche llegaba, de la tierra o del cielo, de los bosques cercanos, o de una nada aún innombrable, quizá muy próxima, quizá de mí, que intentaba seguir los recorridos de la mosca a punto de pasar a la eternidad.


Ya no sé el final. Seguramente la mosca, al final de sus fuerzas, cayó. Las patas se despegaron de la pared. Y cayó de la pared. No sé nada más, salvo que me fui de allí. Me dije: "Te estás volviendo loca". Y me fui de allí.


Cuando Michelle Porte llegó, le enseñé el lugar y le dije que una mosca había muerto allí a las tres veinte. Mechelle Porte se rió mucho. Tuvo un ataque de risa. Tenía razón. Sonreí para zanjar la historia. Pero no: siguió riendo. Y yo, cuando la cuento ahora, así, de acuerdo con la verdad, con mi verdad, es lo que acabo de decir, lo que ha ocurrido entre la mosca y yo y que no da risa.

La muerte de una mosca: es la muerte. Es la muerte en marcha hacia un determinado fin del mundo, que alarga el instante del sueño postrero. Vemos morir a un perro, vemos morir a un caballo, y decimos algo, por ejemplo, pobre animal... Pero por el hecho de que muera una mosca, no decimos nada, no damos constancia, nada.

Ahora está escrito. Es esa clase de derrape quizá -no me gusta esa palabra, muy confusa- en el que corremos el riesgo de incurrir. No es grave, pero es un hecho en sí mismo, total, de un sentido enorme: de un sentido inaccesible y de una amplitud sin límites. Pensé en los judíos. Odié a Alemania como durante los primeros días de la guerra, con todo mi cuerpo, con todas mis fuerzas. Igual que durante la guerra, a cada alemán por la calle, pensaba en su muerte a mi debida, por mí ideada, perfeccionada, en esa dicha colosal de un cuerpo alemán muerto de una muerte a mí debida.



Está bien que el escribir lleve a esto, a aquella mosca, agónica, quiero decir: escribir el espanto de escribir. La hora exacta de la muerte, consignada, la hacía ya inaccesible. Le daba una importancia de orden general, digamos un lugar concreto en el mapa general de la vida sobre la tierra.

Esa precisión de la hora en que había muerto hacía que la mosca hubiera tenido funerales secretos. Veinte años después de su muerte, ahí está la prueba, aún hablamos de ella.


Nunca había contado la muerte de esa mosca, su duración, su lentitud, su miedo atroz, su verdad.

[...]


Hace veinte años de eso. Nunca había contado esa historia como acabo de hacerlo, ni siquiera a Michelle Porte. Lo que aún sabía -lo que veía- es que la mosca ya
sabía que aquel hielo que la atravesaba era la muerte. Eso era lo más espantoso. Lo más inesperado. Ella sabía. Y aceptaba.


Una casa sola no existe así como así. A su alrededor se necesita tiempo, gente, historias, "hitos", cosas como el matrimonio o la muerte de aquella mosca, la muerte, la muerte banal: la de la unidad y a la vez la del número, la muerte planetaria, proletaria. La de las guerras, esas montañas de guerras de la Tierra.


Aquel día. El mencionado, el de la cita con mi amiga Michelle Porte, a quien sólo yo vi, aquel día si hora exacta, murió una mosca.


De repente el momento en que la miraba eran las tres veinte de la tarde y pico: el rumor de los élitros cesó.


La mosca había muerto.


Aquella reina, negra y azul.

[...]


Quería huir y al mismo tiempo me decía que debía mirar hacia aquel ruido en el suelo, para, a pesar de todo, haber oído, una vez, ese ruido de llamarada de leña húmeda de la muerte de una mosca común.


Sí. Eso es, esa muerte de la mosca se convirtió en ese desplazamiento de la literatura. Se escribe sin saberlo. Se escribe para mirar morir una mosca. Tenemos derecho a hacerlo.


A Michelle Porte le dio un ataque de risa cuando dije a qué hora había muerto la mosca. Y ahora pienso si no sería yo quien contara esa muerte de modo risible. En aquel momento carecía de medios para expresarlo porque miraba aquella muerte, la agonía de aquella mosca negra y azul.


La soledad siempre está acompañada por la locura. Lo sé. La locura no se ve. A veces sólo se la presiente. No creo que pueda ser de otro modo. Cuando se extrae todo de uno mismo, todo un libro, forzosamente se está en el particular estado de cierta soledad que no se puede compartir con nadie. No se puede hacer compartir nada. Uno debe leer solo el libro que uno ha escrito, enclaustrado en el libro. Evidentemente eso tiene un aspecto religioso pero no lo experimenta uno en el acto, puede pensarlo después (como lo pienso en este momento) con motivo de algo que podría ser la vida, por ejemplo, o la solución de la vida del libro, de la palabra, de gritos, de aullidos sordos, silenciosamente terribles de todos los pueblos del mundo.
[...]



(fragmento del libro Escribir, de Marguerite Duras. Editorial Tusquets -colección Fábula-)



lunes, 14 de julio de 2008

sábado, 12 de julio de 2008

miércoles, 9 de julio de 2008

miércoles, 2 de julio de 2008

Epigrama del poeta joven


(Del libro Camaradas de Ícaro, de Aurora Luque. Editorial Visor.)


Eres contemporáneo.

Tu lenguaje apetece por lo visto a la crítica.

Han dicho: -Cotidiano.

Y tú les obedeces sin saber, sin malicia.

Si dijeran: -Rubén,

Rubén escribirías: eres dócil y joven.

(Ya vendrán las indóciles arrugas interiores).

Porque a todos nos llega la hora del desdén.

Cuando grite qué asco esa voz interior

llegará el primer verso del poema mejor.


domingo, 29 de junio de 2008

Fragmento de "Memorias de África"



Kamante poseía una facultad especial que le resultó muy útil en mi casa. Podía, me parece, llorar cuando quería.

Si le reñía en serio se mantenía erguido ante mí y me miraba a la cara con aquella vigilante y profunda tristeza que adquieren de pronto los rostros de los nativos; luego sus ojos se llenaban de lágrimas que lentamente, de una a una, se derramaban por sus mejillas. Sabía que eran simplemente lágrimas de cocodrilo y en otras personas no me hubieran afectado. Pero con Kamante era diferente. Su rostro chato e inexpresivo, en estas ocasiones se sumergía en el mundo de oscuridad e infinita soledad donde había vivido tantos años. Aquellas lágrimas pesadas y silenciosas se parecían a las que derramaba cuando era un chiquillo en la pradera, rodeado de ovejas. Me hacían sentirme incómoda y le daban a los pecados por los que le reñía un aspecto diferente, insignificante, así que no quería seguir hablando de ellos. En cierto modo era desmoralizante. Sigo creyendo que debido a la fuerza de la auténtica comprensión humana que existía entre nosotros, Kamante sabía dentro de su corazón que yo conocía lo que había tras sus lágrimas de contricción y no las tomaba por más de lo que eran -para él no eran más que una ceremonia que se debía a los altos poderes, y no un intento de engaño.


(Karen Blixen -Isak Dinesen-. Traducción, Barbara McShane y Javier Alfaya)


martes, 24 de junio de 2008

El corazón perplejo


Desventurado corazón perplejo,

inconsecuente corazón,

no dudes.

No tiembles nunca más por lo que sabes,

no temas nunca más por lo que has visto.

Calamitoso corazón,

alienta.



Aprende en este ahora

el pálpito que vuelve con lo eterno,

para latir conforme en valentía.

Los números del mundo están cifrados

en la clave de un sol tan rutilante

que te ciega los ojos si calculas.

Ciégate en esperanza,

errátil corazón,

suma los números.

Un orden en su imán te está esperando.



Desde el final del tiempo se levanta

un ácido perfume de hojas muertas.

Respíralo y respira su secreto.

Abre de par en par tu incertidumbre.

No permitas

que encuentre domicilio la tibieza,

ni que este inescrutable amor oscuro

cometa el gran pecado de estar triste.

Acógete a ti mismo en tus entrañas

con tu abrazo más fuerte,

tu mejor padre en ti, tu mejor hijo,

gobierna tu ocasión de madurez.



Insiste una vez más,

aspira en estas rosas

su pútrido fermento enamorado.

En este desvarío de tu voz

se desnuda el enigma, transparece

la recompensa intacta de estar siendo.



Aquí estamos tú y yo,

altivo corazón,

en desbandada.

A fuerza de caer, desvanecidos,

y a fuerza de cantar,

enajenados.


(poema extraído de "Los metales pesados", de Carlos Marzal. Editorial Tusquets)


sábado, 21 de junio de 2008

(LOS ERRORES PERFECTOS)


La simetría: un animal sagrado

que pide ser sacrificado al sol.

El rigor cuando sueña se convierte

en un círculo blando que se abre

inundando de zumo

la razón y sus formas.



El ansia por lo exacto

conduce, si es sincera, a lo imperfecto.

Sé que la perfección

es el arte marcial del temeroso,

que toda proporción bien entendida

renuncia al consumarse.



Generosos errores, necesito

belleza improvisada.



(poema extraído del libro "Mística abajo", de Andrés Neuman; editorial Acantilado)


viernes, 6 de junio de 2008

Boceto para un retrato


(un poema de José Luis Parra)


Febril actividad

de esa mujer... Me inquieta y me conmueve.

Su risa luminosa, turbadora,

que a veces me da miedo, pues intuyo

el oscuro poder que la sustenta.

La miro y la estoy viendo

a la otra agazapada, inmóvil, vulnerable,

la mujer aterrada

que entierra su pavor, su vivo desamparo,

con paletadas de ávido ajetreo,

tras el ángel protector de su sonrisa.


jueves, 29 de mayo de 2008

miércoles, 21 de mayo de 2008

"Hasta los güevos"

AL-YAZIRAT AL-HADRA

En un país democrático, una de sus virtudes es la igualdad de derechos a todos los ciudadanos. Derechos y deberes a todos por igual. De entre las muchas ventajas que nos proporciona es la salud. Salud y dentro de ella la preciada sanidad. Gozamos de un sistema sanitario libre y gratuito para todos y todas. Desde nuestro gobierno central comienza la sanidad, afortunadamente, diferentes comunidades autónomas tienen cierta libertad ante sus sistemas sanitarios. Por la zona sur, disfrutamos del SAS, o el servicio que nos facilita nuestra particular Madre Teresa (véase el genial logotipo de la Junta). Al sur del sur somos infinitamente afortunados pues gozamos de las muchas ventajas que este sistema nos garantiza. Todo ello queda mostrado gratamente en nuestro particular Hospital.

Una mañana cualquiera, no importa cual, uno se despierta con fuertes molestias repentinas. Ante la incertidumbre, se decide a acudir a URGENCIAS para obtener respuestas de aquello que le está sucediendo. De manera urgente llega al Hospital e igualmente URGENTE (al cabo de dos horas), recibe la ansiada respuesta, ésta no es otra que una cita a primera hora del día siguiente.

Pasa el día y a primera hora de la mañana vuelve. Llega a las nueve y a eso de las nueve y media lo llaman a una consulta. La sorpresa es inexplicable, pues ha comenzado todo bien y rápido. Al entrar a la consulta le toman sus datos y le invitan a salir y en la sala de espera, ESPERAR. "Bueno",- piensa nuestro protagonista, "habrá que ESPERAR", se sienta en la sala y ve cómo el número de "esperadores" aumenta. Pasan una, dos y tres horas y nada, a seguir esperando. En este tiempo se olvida de sus dolencias contemplando cómo la sala se llena de personas con diferentes estados y que él considera mucho más importantes (hay personas en camillas, sillas de rueda, con goteros...). En fin, que piensa para sí mismo: "esa mujer anciana tumbada en una camilla, o esa chica joven acribillada de goteros tienen prioridad a su simple, aunque molesto dolor de güevos". Sigue avanzando el reloj y a la cuarta hora de espera, su nombre suena por megafonía interna. "Uf, que bien, ya me toca"- piensa nuestro iluso paciente. Es conducido con otros pacientes a la planta donde los va a ver el especialista en cuestión. Al llegar allí, de nuevo las palabras mágicas; "ESPEREN que en seguida les llaman". Al cabo de unos setenta y cinco minutos, hartos de tanta ESPERA, van a la puerta de la consulta a preguntar. Sale una persona y de manera sorpresiva dice: "¿quiénes son ustedes?, ¿qué vienen a consulta?". Ya no saben si cagarse en to sus vivos o tumbarse y reírse a carcajadas. En fin que la consulta se hace y se acerca el final de la ESPERA, o eso parece, pues de nuevo han de volver a la consulta con el profesional de URGENCIAS. Nuevamente a ESPERAR, nuestro amigo es llamado y desde la puerta se le invita a volver a subir a la planta del especialista. "¿Cómo?"- dice con cierto mosqueo. "Si, esto se lo debe recetar el otro doctor, yo no puedo". Sin pensarlo se cuela en la consulta y se sienta, afirmando que sin recetas de ahí no se mueve. El simpático doctor le transmite algo así como sus desavenencias o desacuerdos con el otro equipo en cuestión. A lo que sin dudarlo responde, "mire, ustedes pueden llevarse como les de la gana, pero a mi me duele un güevo y llevo aquí seis horas para que me den un diagnóstico que no es otro que dos recetas, y ¿ahora usted me manda de nuevo a otro lugar?, yo no voy a ser más hoy uno de sus juguetes, no voy a ser esa pelota que se lanzan unos a otros. Resuelvan sus historias si quieren, váyanse de juerga o pártanse la cara si les apetece, pero a mi déjenme en paz, a mi me duelen los cojones y tengo hambre, así que hágame las recetas y desapareceré de su vista".

Sin mucho convencimiento se puso a ello y dicho y hecho, recetas en la mano y camino para casa.

Al marcharse no pudo evitar mirar a todos los que seguían poblando la sala de ESPERA, cruzó miradas con algún que otro compañero y compañera de ESPERA, que debían seguir más tiempo allá.

Como se puede observar, esto es algo anecdótico que, a mi parecer, describe de cierta manera qué tal vivimos en nuestra amada Isla Verde, de algo así sería que a alguien se le ocurrió una vez apodarnos Los Especiales.



domingo, 11 de mayo de 2008

Una fría mañana de Noviembre mi nombre quedó huérfano. Su sustituto es por el que respondo actualmente. Pasaron años y éste seguía vagando sin rumbo a seguir.

Llegó un nuevo siglo y en una tarde de Octubre te descubrió. Pidió acompañarte, tú lo acogiste con la ternura de quién eras y de quién ibas a ser.

Hoy ambos camináis seguros y firmes, jugáis aprendiendo, aprendéis jugando, os mostráis cómo sois y enseñáis a cada salto que dais.

Yo os observo y rebosa por mis poros la alegría. Las palabras que dicen tus ojos me hacen ver nuestra cercanía. Con tus risas, tus enfados, tus lágrimas y tus carcajadas, dibujas en el aire a ese ser al que yo persigo y al que nunca quiero alcanzar. Quiero seguirlo siempre para que no cese mi camino, para descubrirme una y otra vez. Con todo lo que me das, mis pasos son más firmes y seguros, afianzas mi ser en mí.

Coloreas paisajes bañados por un cálido sol primaveral. Calidez ésta, que alza nuestras copas y brindamos por un recreo interminable.

jueves, 8 de mayo de 2008

Cocinen

…Espejos de tonos grises reflejan las formas de todo ser, de manera sagaz, con sólo observar sus movimientos elaborando manjares.
Su base reside en la percepción del ritmo y el compás del tiempo.

Configuran un par de perfiles elementales:

- De un lado, seres de ritmo vertiginoso, de decisiones instantáneas a la hora de elegir y preparar los alimentos. Estos viven corriendo de aquí a allá. Mientras se surten de ingredientes para su primer bocado, ya piensan cómo harán el plato final. Rara vez se paran a saborear el aroma que inunda el lugar. Ellos sienten su ritmo al cocinar e inunda toda su existencia. Se dirigen a mundos felices por un camino plagado de sucesivos momentos indigestos. No dejan tiempo a sanar su indigestión, cuando ya se vuelcan en saborear un nuevo manjar. Habitan un lugar cíclico, sus continuas decisiones ya muestran la esfera a la que se dirigen. Son portadores y creadores de muchas recetas, pero en definitiva, todas sus vidas son siempre iguales. Suben, bajan y se conducen a una vuelta más.

-Moradores de otras cocinas se distinguen por su serenidad y su ritmo tan pausado, que puede conducir al hastío. Se detienen a cada paso tratando de saborear el jugo hasta del más insignificante ingrediente. Se vuelcan en la elaboración sin percibir que el mundo sigue girando a su alrededor. Flotan conducidos por los aromas sumidos en eternas digestiones. Digestiones que nunca acaban, o más bien, comienza una nueva al percibir que la anterior se acerca a su final.

Ambos perfiles cocinan deseando la misma llegada, que nos es otra que, disfrutar del sabor de una deliciosa exquisitez…

viernes, 18 de abril de 2008

Primavera amarilla


(un poema de J. R. J.)


Abril galán venía, todo

lleno de flores amarillas...

Amarillo el arroyo,

amarilla la senda, la colina,

el cementerio de los niños,

¡el huerto aquél donde el amor vivía!



El sol ungía el mundo de amarillo

con sus luces caídas;

¡oh por los lirios áureos,

el agua clara, tibia!,

¡las amarillas mariposas

sobre las rosas amarillas!



Guirnaldas amarillas escalaban

los árboles; el día

era una gracia perfumada de oro

en un dorado despertar de vida...

Entre los huesos de los muertos,

abría Dios sus manos amarillas.


sábado, 12 de abril de 2008

LUNA


viernes, 4 de abril de 2008

Un poema de Jesús Aguado


La sangre estrangulada

por esa cicatriz.


Con la uña la arranco.


domingo, 23 de marzo de 2008

Rozando el final se presenta el inicio


Se hace presente el festival tembloroso de tu cercana llegada. Se espesa mi mente pensando en qué puedes contigo traer. Afloran ilusiones, trato de disuadirlas para concluir pensando en no pensar. No pensar para serenar el turbulento estremecimiento que mora en mi piel. Una esperada llamada confirma nuestro encuentro. Me pongo en marcha para acudir allá donde permaneces.

No consigo contemplarte en plenitud, pero oigo tus silbidos que me obsequian recuerdos tan olvidados como presentes en mí.

Un adiós fue dicho señalando el futuro encuentro, en el cual, me mostrarás algo más que logre impregnarme con tu luminosidad.

Esperaré tal momento, sumido en la felicidad hoy alcanzada. Avanzaré sin atajos y sin miedos, coloreando la senda en la que nos volvamos a ver.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Evanescente es el aliento, que mis dedos humedece, entre los arrecifes de la madrugada. Espirales en las sienes agudizan el oído.

Su silenciosa mirada me grita, me atrae y me embauca para que la deje reposar en mi regazo. Mis manos recorren sus infinitos senderos y dan a luz sus gemidos, iniciando nuestro, más íntimo, diálogo.

Sumergidos en un placentero llanto, viajamos de la mano, recorremos innumerables horizontes.

Se evade el tiempo, las palabras de mis dedos son dichas por su suave y rítmica melodía, que nos invita a bailar, hasta quedar exhaustos y reposar en nuestros sueños.

lunes, 10 de marzo de 2008

Poema de Julio Martínez Mesanza

Tu alma es la última patria de la mía.

Mi alma le es a la tuya indiferente

como todas las almas a sus patrias.

Mi alma insiste en amar tu indiferencia

como las almas insensatas aman

su desolada patria indiferente.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Luz que te enciendes y apagas en una noche silenciada por lejanos rugidos de gigantes de acero.

El aire transmite un frío aliento que enmudece a mis dedos. No hablan, solamente escuchan y se quejan de vez en cuando. Murmullan, en secreto, gestos entre ellos. Este helado suspiro da calor a mi cuerpo pero vosotros no lográis avivaros. Os sentís ultrajados, burlados, no queréis seguir motivando al hilo conductor de mis sentimientos. Os vais sin percataros que el que huye soy yo. Me marcho como aprendí a temprana edad. Elijo mi senda y doy firmes, pero sigilosos, pasos hacia cualquier lugar. No puedo, ni quiero participar en esta absurda conexión inexistente, os desligáis de mí y el que inicia su partida soy yo.

No comprendo vuestro silencio al daros plena libertad para expresaros.

-¿Queréis que ordene vuestras palabras?

-Algo así jamás haré.

Debéis seguir vuestro camino sin mi y yo el mío sin vosotros. Si existe un lugar que nos reencuentre, amados dedos parlantes, allá nos veremos y acordaremos la nueva alianza.

Hasta ese momento, deseo que sea feliz vuestra aventura y logréis disipar el gélido hálito, de esta noche, que nos desliga.

martes, 4 de marzo de 2008

Soy pero no soy

Cansado de esperar, seguiré esperando ante la imposibilidad de poder actuar. Actuar para qué, para quién, para cuándo, para dónde.

Actuar para no dar ni un paso más. Permaneceré estático sin tan siquiera parpadear. Mis hilos, tensos descansarán, lucharán para no ser esparcidos por la inmensa nada.

Ellos son fuertes pero pueden flaquear y con ello hacer que surjan astillas. Astillas que acaricien suavemente, embelesándome, para conseguir su cometido, que no es otro que fragmentar esos hilos de conexión.

Quiero resistir y unirme a ellos, a su tenso descanso. Lo que no puedo es divisar un horizonte que me hable, me mire y me ayude a perpetuar la tensa espera.

Se muestra ante mí un paisaje blanco, nueva perspectiva albina que tendré que colorear.

Mi cuestión es; ¿para qué?, ¿para ser?, ¿para estar?

Me respondo; ¡para ser! Esto me dirige nuevamente a ver que soy, pero no soy.

lunes, 3 de marzo de 2008

Livianos destellos se abrazan y emanan arroyos luminosos. Traéis con vosotros una dulce fuente de sosiego que clarifica tan turbios sumideros. Profundas simas madres del albor. Un albor que presenta un divertido y acordado juego con las palabras. Con él se desglosan recónditas emociones, para así, avanzar la senda por sus vías aún más sólidas y reforzar nuestra intrínseca conexión.

Llegan infinitos manantiales de libertad para decidir el instante de dar el soplo y germinar en la esfera más dispar.

martes, 5 de febrero de 2008

Embriagadora

La gleba rezumante

Embauca mi ser