miércoles, 29 de diciembre de 2010

Niños

De cada dos niños pobres, uno sobra. El mercado no lo necesita. No es rentable, ni lo será jamás. Y quien no es rentable, ya se sabe, no tiene derecho a la existencia.El mismo sistema productivo que desprecia a los viejos, expulsa a los niños. Los expulsa, y les teme. Desde el punto de vista del sistema, la vejez es un fracaso, pero la infancia es un peligro.

Día tras día se niega a los niños el derecho a ser niños. El mundo trata a los niños pobres como si fueran basura. El mundo trata a los niños ricos como si fueran dinero. Y a los del medio, a los que no son ni pobres ni ricos, el mundo los tiene bien ataditos a la pata del televisor para que desde muy temprano acepten como destino la vida prisionera.

Los más famosos cuentos infantiles, la literatura para niños escrita por los adultos, son obras terroristas que bien merecen figurar en el arsenal de los adultos contra las huestes de la gente menuda. Hansel y Gretel te advierten: "Serás abandonado por tus padres". Caperucita Roja te informa que cada desconocido puede ser un lobo que te comerá. La Cenicienta te obliga a desconfiar de las madrastras y de las hermanastras... y así sucesivamente...los niños siguen siendo desde temprano entrenados para el terror: "Vendrá el ogro, y el ogro te devorará si no obedeces, si haces lo que no debes, si ejercitas tu libertad".

E. Galeano

domingo, 19 de diciembre de 2010

De tu mano

Quiero contar, ese primer sueño que vino a despertarme tras mi larga ausencia.
Pasaban cuatro meses ya de oscuridad, en los que dormir sólo consistía en cerrar los ojos por la noche y abrirlos al amanecer. Ninguna imagen rondaba por mi cabeza, ni tan siquiera, cuando ésta lograba relajarse por completo. Tan vacía se sentía que ni un recuerdo almacenaba; ningún sonido, ningún sabor, ni el más mínimo olor. Los días pasaban de largo y nada llamaba mi atención. Era tan rutinario que me avergüenza narrarlo, pero en aquellos tiempos, mi cabeza nació de nuevo y trataba de ir haciéndose un hueco donde asentarse y comenzar a crecer. Todo el tiempo transcurría del mismo modo, todos los amaneceres con el mismo deseo; “no sé si he soñado o no, pero quiero al menos un mínimo recuerdo”. Debió ser el desearlo tanto, que, mi cerebro se dio por aludido y una mañana me regaló este primer sueño:
“Volvía a casa después de una larga estancia en el Hospital. Había cambiado tanto que ni me reconocía; mi pelo estaba corto, mi cara bien afeitada, caminaba muy despacio y llevaba un par de muletas. Todo lo que pude recordar de mí, era verme repleto de secuelas del tiempo hospitalizado. Me veía muy mal, pero mucho mejor que en mi realidad. En mi sueño podía caminar y desplazarme sin ayuda de nadie, podía moverme por mí mismo.
Andando y andando me dirigía a visitar a mi abuela. Ella vivía cerca de mi casa, pero en el sueño fue una larga caminata. Llegué a su portal y comencé a subir las escaleras hasta el segundo piso. Una vez allí, vi su puerta cerrada y me dispuse a llamar, a llamar con los nudillos, como siempre llamaba a la puerta de mi abuela. Llamé un par de veces y al poco se abrió la puerta lentamente.
Quien apareció frente a mí fue ella, mi abuela, nada más verme me abrazó y me hizo entrar. Nos sentamos en un sofá en el salón y comenzamos a hablar. Ella se interesaba por mi salud, yo le contaba como me encontraba después de todo lo sucedido. Mientras conversábamos, ella se puso en pié y comenzó a ir y venir desde el salón a la cocina. En poco tiempo, estábamos tomando café y unos dulces, merendábamos y no dejábamos de conversar. Hablábamos de cómo habían sido nuestras vidas después de tanto tiempo sin vernos”.
No recuerdo nada más del sueño, lo que si recuerdo es aquella mañana al despertar. Aún no asomaba el Sol por la ventana y mis ojos se abrieron. Me encontraba un tanto aturdido, porque era muy temprano y todavía faltaban algunas horas para que viniesen a lavarme y a darme de desayunar. Al momento quise frenar ese motor rutinario que se ponía en marcha cada mañana. Quise pararlo porque sentía que hoy todo había dado un primer giro. Sentía que algo nuevo había aparecido, pero no me percataba de qué. Intentaba encontrar qué podía haber sido, pero, como no lograba nada, estaba a punto de desistir. Cerré los ojos y, vi el rostro de mi abuela tal y como lo había visto en el sueño que, sin saberlo, era lo que intentaba encontrar. Inmediatamente mis lágrimas comenzaron a brotar, comenzó un llanto interminable. No logro describir con letras qué significó aquel manantial de lágrimas. De un lado, me sentía muy feliz por haber conseguido recuperar esas noches de sueños que tanto añoraba y por otro lado, que este retorno llegase de la mano de mi abuela, que después de algo más de una década sin ella, esa noche; nos reencontramos en una agradable merienda en tu casa, Abuela.

lunes, 2 de agosto de 2010

domingo, 6 de junio de 2010

Javier Corcobado y Alicia Alemán

Ante la ausencia de letras, quiero compartir esta genialidad que he descubierto hace poco.

viernes, 7 de mayo de 2010

Un viejo apunte rescatado de otra mudanza.

- Recuerda:
"Existen unos ojos que ven nacer a la Luna,
ésta ilumina el sendero donde juegan los sueños".

miércoles, 10 de marzo de 2010

Mi Rincón

Mi rincón llamaba a un cambio.
Decidido inicié su limpieza, saqué de él algunos objetos que habían finalizado su ciclo y lavé su rostro. Tez inmaculada que alzó su voz invocando a elfos y hadas que antaño me acompañaron en mi eterno reposo. Éstos han acudido a su llamada y han dado una lozana vida a mi esquina. Entre todos la han coloreado como sólo ellos saben, dibujando su existencia y sus maneras de ser.
Se puede respirar los colores de esos instantes vitales. Con sus ritmos propios, me marcan los diferentes senderos que se pueden disfrutar al caminar.
Pequeños y sabios compañeros, volvemos a trotar juntos. Nuevamente, seguiremos esbozando mundos desde nuestra recóndita esquina de colores.

domingo, 10 de enero de 2010

Esa voz y er Karlos

No recuerdo haber leído la novela de Robert Louis Stevenson; “El Extraño caso del doctor Jekyll y míster Hyde”. Sé algo de dicha obra, a través del cine o la televisión, pero, lo que me ha llamado la atención, es que me ha invadido un recuerdo de una experiencia personal, ya pasada, que hace que me sienta un poco como el, o los protagonistas de esta novela.
Desde el primer nacimiento, fui creciendo, aprendiendo a jugar en esta vida, tratando de seguir las pautas que mi familia, mi entorno y mi escuela, me mostraban. A veces me distraía, y eso mismo me enseñaba cómo volver al sendero elegido. Con el paso de los años, todo seguía el curso elegido y parecía que no cambiaría jamás. A veces, en determinadas situaciones, emergía una voz interna que descolocaba todo mi ser, pero con esfuerzo y mucha calma, lograba acallar sus gritos y restablecía mi orden interno. La vida avanzaba de mi mano y juntos dibujábamos y dábamos color al horizonte.
Un día y de manera fortuita, la luz se apagó, no se veía nada, me sumergí en un estado en el que estaba dormido, pero los sueños se habían ido, dejándome inmerso en un océano tan oscuro como vacío.
Así pasaron los días hasta que, nuevamente y de manera fortuita, abrí los ojos y vi algo de claridad. Todo era nuevo, no conocía nada ni a nadie. Al pasar los días, fui recuperando algún ínfimo recuerdo. De manera externa y a la vista de todos, “er Karlos” había vuelto. Pero no compañeros, “er Karlos”, aún estaba muy lejos. Fue esa voz interna, la que a veces aparecía y se apoderaba de mí en algunas circunstancias, la que se hizo fuerte en mi letanía y logró emerger, llevándose consigo mi cuerpo. Este fue el inicio de “La dictadura de una voz interior”.
Esta voz nació conmigo, sólo emergía en situaciones concretas porque no resultaba agradable su presencia. La tenía oculta, encerrada con todas sus amistades que eran, el odio, el engaño, la venganza, la violencia y un sin fin de sensaciones de esa calaña. El día que se fueron los sueños y solamente dormía, fue cuando se abrió la puerta de su cueva y “esa voz” y sus súbditos, se levantaron y se apoderaron de todo cuanto tenían a la vista. Debo reconocer que tan malvado plan, estaba muy bien organizado, pues “esa voz”, dirigía a todos sus lacayos y éstos a ciegas, acataban sus órdenes logrando su primer objetivo que era aparentar normalidad ante todo el exterior. Esto se consiguió poniendo al engaño como principal actor, que maquinaba un sin fin de historietas para transmitir normalidad. Como en toda acción impuesta, aquí existía también un grupo reducido de seres que se oponían a dicha voz y resistían a sus ataques internos. Ellos fueron los responsables de “buscarle las cosquillas” o los puntos en los que flaqueaba la voz, para hacerla salir de su escondite y así, dar una señal de alarma a todos los que estaban fuera. Pasaban lo días, las semanas, los meses y de tanto hacer salir a “esa voz”, ésta se acostumbró al exterior y permanecía a la vista de todos cada vez más tiempo. Esto fue su mayor error y a su vez la mayor fortuna para “er Karlos”, que no se sabía dónde estaba y las frecuentes salidas al exterior de “esa voz”, mostraron su lejanía. Sus familiares, amigos y amigas, se dieron cuenta de que eso que salía, eso que insultaba, eso que amenazaba, eso no era “er Karlos”.
A partir de entonces, se fue creando un escudo de familiares, compañeros y compañeras que repelían los ataques de “esa voz” y sus lacayos. Escudo, que concentraba su poder en la manera de ignorar los ataques en forma de engaños, falsos llantos, insultos y amenazas.
La estrecha colaboración de todos hizo que “er Karlos” tomase cada vez mas fuerza, fuese un poco más consciente de su realidad y lograse salir a flote.
Al volver a su cuerpo, “er Karlos” no hizo lo que “esa voz”, él habló serenamente con ella tratando de llegar a un acuerdo feliz para ambos. Lo que era evidente es que tenían que convivir, no solamente ellos, también esos otros sentimientos, sensaciones, ideas, sueños, ilusiones…
Iniciaron un íntimo viaje en el que todas las voces existentes salieron a la luz y hablaron de sí mismas, de lo que querían y estaban dispuestas a aportar para conseguirlo. Fue dura la tarea, aún lo sigue siendo y siempre lo será, pero es la mejor manera que todas las voces internas, han encontrado para sentirse libres, para actuar, para jugar, para aprender, para enseñar, para convivir y para vivir.