domingo, 29 de noviembre de 2009

El sol inicia la entrada a su guarida nocturna y él reposa, sentado en las rocas mirando al mar. El horizonte le lanza recuerdos casi olvidados. De todos ellos, es uno el que se adueña de su cabeza. Recuerda tiempos, en los cuales, sólo pensaba en una estrategia para despedirse de su vida.
En aquel tiempo, todo era oscuro, su cuerpo no le oía, la dependencia se hacía enorme. Una única idea se fortalecía en su interior. Ésta era conseguir acercarse al balcón y dejar caer su cuerpo, sólo así se acercaba a eso que llamaban felicidad. Su pensamiento surgía a diario, pero nunca llegaba a realizarlo, quizás porque no se atrevía, o quizás porque no podía andar hasta el deseado balcón.
Hoy piensa, que quiso acabar con su vida, porque no conseguía ver nada más. Sin llegar a comprenderlo, su cuello se volvió rígido y le impedía girar su cabeza a otros lados. Lados, en los que moraban multitud de historias a realizar, cuentos que contar, canciones que bailar y cantar, gritos que lanzar al viento, lágrimas que derramar y risas que dibujar. La misma idea de morir, le enseñaba las ganas de vivir, pero en aquellos tiempos confusos, no lograba ver lo que se le presentaba ante su rostro. Aún así, cada pequeño detalle, se sumergía en su interior y se ubicaba plácidamente para iniciar su crecimiento. Una vez entró uno, éste dejó la entrada libre para que llegasen más. Fue esta entrada masiva de pinceladas, aparentemente insignificantes, las que le configuraron un paisaje distinto al que él se planteaba.
Tarea dura la iniciada, pues le tocaba reconstruir su vida, la ya olvidada, perdida y abandonada. Con mucho esfuerzo y con la ayuda de aquellos generosos intrusos que ocuparon su ser, se iba olvidando de su vida anterior e iba construyendo su nueva vida iniciada.
Juntos han conseguido crear nuevos horizontes en los que aprenden a desenvolverse con soltura, juegan, saltan, gritan, ríen, lloran, hablan y callan. Tal es así, que algún día recibe la visita de la señora muerte y ésta se ríe con él, recordándole qué hubiera descubierto si ella le hubiese hecho caso aquellos días y se lo hubiese llevado.
Mientras tanto, las horas pasan y él no las cuenta.
Se va el sol y llega la luna, sus pensamientos vuelan con los latidos del viento.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Añoranza


Disculpen el giro, me apetece escuchar musica.
Ella me ofrece un baile de notas y palabras cargadas de andanzas pasadas.
Pasadas sí, pero de esta manera viajo allá y consigo tocar, oler y saborear los recuerdos añorados que hoy me empapan.



Poblada de dudas nació mi cabeza.
Dudas que, al resolverlas, parían muchas más.
Resolví la mayor de ellas y, aunque seguirán naciendo más, no hace mucho pereció la que a todas sujetaba.
Hablo con uno de mis otros seres, ese que aparté de mi. Escucho sus palabras, se expresa contándome cómo le va. Me dice que está solo y siente frío. Para hallar un poco de calor se refugia en sus sueños. Se disculpa por ser un poco soñador. Le hablo y digo que no hay motivo para disculparse. No hay nada malo en soñar si es lo que él quiere.
Conversamos largo rato y acordamos respetar nuestros espacios. Debemos seguir dando vida a nuestros sueños sin interferir el uno en el otro. Disfrutaremos de soñar y luego nos hablaremos. De esta forma no habrá que pasar frio, nos daremos calor mutuamente con nuestras ilusiones, sin perder de vista lo que son; huérfanos de realidad.
Retoñan tus veneros, un suave levante los trae consigo.
Te sumerges en mi aliento y recorres mi corpóreo ser.
La interna mar gruesa rescata esas sensaciones ávidas por florecer para acariciarme con su bálsamo.
Suave periplo el iniciado.
Asciendes, desciendes y te deslizas con dulzura, por mis senderos más internos, pariendo estremecimientos.
Frúnceme con tu calor hasta juntos perecer, abrazados tibiamente, en el plácido cobijo.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Se vislumbraba en el horizonte, pero la luz no dejaba ver con claridad.
Inesperado, un nuevo amanecer que pretende dibujar otra vida, de la cual, dejo-me llevar.
He de nacer una vez más,
he de aprender a caminar por las nuevas sendas, ya conocidas,
con la diferencia de que hoy se ven con mucha claridad.

sábado, 31 de octubre de 2009

Veintiuno de Octubre

Generosidad que trae en sus brazos momentos casi olvidados.
Sin ni siquiera daros cuenta, ponéis ante mí la vida que anhelo y persigo.
Dieciséis ojos me acompañan, me miran con inquietud, misterio e intriga, envueltos en un juego incesante cargado de bailes y risas.
Vuestras miradas irradian un nuevo punto de inflexión.
Agarro la espiral que me ofrecéis y mi vuelo crece con vuestro impulso.
Ayer ya es hoy y hoy va a ser mañana.

lunes, 28 de septiembre de 2009

San José del Rio



No soy capaz de contar el número de veces que he muerto. Hubo épocas que moría a diario, otras veces el intervalo entre muertes era más holgado. De cientos de colores han sido todas ellas.
Vidas o nacimientos recuerdo algunos (del primero no logro acordarme). El último que reconozco, es sabido por vosotros , fue en aquellas rocas bañadas por los azotes del mar. Hago memoria y consigo recordar uno anterior a este. Fue allá, al otro lado del océano. Una nueva vida nació en mí. Anduve paso a paso y al avanzar, un nuevo descubrimiento surgía ante mis ojos: el ritmo vital, los sonidos, la música, la manera de mirar tan diferente a la ya conocida, ricos olores a vida, continuadas y sosegadas pláticas compartiendo diferentes visiones.
Aquel fue el tiempo que al recordarlo me digo: “allá nací, allá aprendí, allá compartí, allá dejé a conciencia un pellizco de mi corazón que cuando late con fuerza, me hace volver a vivir rodeado de vuestras montañas.”

sábado, 26 de septiembre de 2009

Sumando vuestras edades no alcanzáis los veintidós años. Juntos, o por separado, sois cuatro fuentes de aprendizajes. En cada gesto, cada risa, cada juego, emanáis un sin fin de sabiduría mezclada con cariño, calor y ternura.
La más pequeña de vosotros, es la que más se enfada, pero nunca se olvida de ofrecer su mano al caminar. Presta mucha atención en cómo han de ser los pasos a dar, para poder evitar tropiezos innecesarios
Diez meses antes ya estabas tú aquí. Eres el compañero inseparable que vela por mi seguridad. Eres ese escudo firme y a la vez tierno y generoso. Tu expresivo semblante emite gestos tan divertidos como cariñosos.
Luego estás tú, presumida y expresiva bailarina que contagias tu alegría transformándola en felicidad.
Por último, el mayor de todos, fiel confidente y buen compañero de tertulias incesantes. Juntos, desmenuzamos nuestra existencia y creamos caminos por los cuales continuaremos riendo sin parar de jugar.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Corazón del tiempo


http://www.contralinea.info/archivo-revista/index.php/2009/08/02/corazon-del-tiempo-una-mirada-al-zapatismo/

jueves, 17 de septiembre de 2009

viernes, 4 de septiembre de 2009

Soplos

Tu mirada, una pompa de jabón.
Con atención te miro y desapareces.
Me muestro indiferente y no me dejas ir,
salpicas mi rostro una y otra vez.
Me giro, te busco e intento descubrir quién eres.


jueves, 27 de agosto de 2009

Yo quisiera leer y aprender a escribir.
Yo quisiera escribir y aprender a leer.

miércoles, 26 de agosto de 2009

martes, 25 de agosto de 2009

sábado, 22 de agosto de 2009

Mudanza




Aunque seguiré acompañando al amigo Karlos, me mudo. A quien pueda interesarle dejo aquí el enlace al nuevo blog, Pequeña oración . De momento dejo un viejo poema, que da nombre a la nueva casa. Intentaré ir amueblándolo, poco a poco, dignamente.



viernes, 21 de agosto de 2009

domingo, 9 de agosto de 2009

jueves, 30 de julio de 2009






miércoles, 29 de julio de 2009



domingo, 26 de julio de 2009

lunes, 20 de julio de 2009

viernes, 17 de julio de 2009

viernes, 3 de julio de 2009

martes, 16 de junio de 2009




Ollie McGee



¿Habéis visto pasearse por el pueblo

a un hombre cabizbajo y abatido?

Es mi marido, que con secreta crueldad

que nunca se sabrá, me robó juventud y belleza,

hasta que, arrugada y con dientes amarillos,

perdida mi dignidad y avergonzadamente humilde,

bajé a la tumba.

¿Y qué creéis que le roe a mi marido el corazón?

¡La cara de la que fui y la cara de la que él hizo de mí!

las dos le están llevando al sitio en el que yazgo.

Después de muerta tengo mi venganza.





Fletcher McGee



Fue ella quien me quitó la fuerza minuto a minuto,

ella, quien me quitó la vida hora tras hora,

ella quien me secó como una luna febril

que va minando al mundo que gira.

Los días pasaron como sombras,

rodaron los minutos como estrellas.

Fue ella quien me arrancó la ternura del corazón

y me la transformó en sonrisas.

Ella era un trozo de arcilla para esculpir;

mis secretos pensamientos fueron dedos:

volaron a su frente pensativa

y se la marcaron profundamente con dolor.

Le formaron los labios, le abultaron las mejillas

y le hundieron los ojos de pena.

Mi alma había penetrado en la arcilla

luchando endemoniadamente.

No era mía, no era suya;

ella la tenía, pero sus luchas

le modelaron la cara que odiaba,

la cara que yo temía ver.

Atranqué las ventanas, eché los cerrojos.

Me oculté en un rincón...

Y ella entonces murió, y se me apareció

persiguiéndome hasta el final de mi vida.



(De Antología de Spoon River, Edgar Lee Masters. Traducción, Jesús López Pacheco y Fabio L. Lázaro. Ed. Cátedra.)



viernes, 12 de junio de 2009

domingo, 7 de junio de 2009




Como ya lo escribió Safo me he permitido, no tomar prestado algún verso, sino hurtarle un poema entero, con la lógica variación de época. El año pasado vi, al final del invierno (lo que me ratifica en mi epifanía), a Gónguila vestida con una sencilla camisa blanca únicamente, paseando por la Calle Ancha de mi ciudad.



H
e visto a Gónguila esta tarde,

diecisiete años con tacones,

ancho cinturón ciñendo el vuelo

de su túnica blanca como leche,

pasear el deseo trémulo

de los cuervos y los escaparates.



Venga la de Chipre ahora

y no se queje en esta calle.



martes, 2 de junio de 2009




La precisión del río en los guijarros.



En la orilla el sol, como se dice,

vuelve a bañarlos,

con su paño sin pliegues

los frota y limpia

y tierno los deja

en el joyero extenso

de terciopelo verde y alto.



Piedras preciosas para el niño.



domingo, 31 de mayo de 2009




Jordi Savall / Ton Koopman


Este Andante de una Sonata de Bach; la viola da gamba y el clavecín tienen no sólo el ritmo, también la consistencia y frescura del agua cuando, inmerso en el mar abres, para ser mar, la boca.



martes, 26 de mayo de 2009

...pellizcó su brazo y cayó al vacío.

"Ramón; lo que sigue es mi interpretación
de tus letras dichas aquel día.
Eternamente agrdecido compañero".

El cuerpo reposa en esa roca azotada por las olas. La vida avanza por un sendero desconocido que la conduce allá dónde la nada es nada. El tiempo transcurre y desaparece la voz del mar, suena el silencio, el color está ausente.
En estos instantes surge una historia: “Cómo la voz de una mano atrapa la vida y la devuelve a su lugar”. Mano que llegó allá donde el cuerpo yacía, no dudó en abalanzarse y agarrar aquellas gélidas manos que reposaban en tan bello lugar. Las sujetó con firmeza transmitiéndoles calor, un calor que les gritaba; “¿seguís ahí?, ¡no os marchéis!, ¡sujetaros con fuerza y quedaos acá, respirando el mar!”. Al inicio las frías manos no se daban por aludidas, con lo cual, todo el esfuerzo de aquella otra mano, la recién llegada, parecía inútil. Aún así ésta no cesó en su empeño y continuó hablando, esta vez les describía el bello paraje que las rodeaba, les salpicaba con agua marina y les comunicaba las palabras del mar. Todas estas acciones se unieron e hicieron brotar un halo que impregnó todo el lugar. Luz ésta, que encandiló a las frías manos y como si de un acto reflejo se tratase, comenzaron a dibujar lentos movimientos de presión. Tal presión, hizo que la hermana desconocida esbozase una sonrisa dándoles la bienvenida y así, una sola mano logró reconducir a la despistada vida, la llevó a su lugar junto a las gélidas manos, que al sentirla llegar, se alzaron en un vuelo sin fin alrededor del mar.


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Pasaron los días entre bufones, mercaderes y aves surcando nuestras cabezas, cuando se inició el próximo destino. Este no era otro que aquella playa de arena blanca, la guardiana de tantos sueños nocturnos. Es pronto para reposar en ella y continua el paseo a su alrededor. Seguido un tramo del laberinto de matorrales llega un descanso para divisar e investigar tan plácido lugar. Camino suavemente entre tus brazos, diviso tus horizontes y observo cómo llegaré a ellos. Todo parece claro, pero yerro en uno de mis pasos y pellizco tu cuerpo. Se desgarra tu piel, cae conmigo y desaparecen los horizontes. El resto es conocido.

Son éstas, imágenes, recuerdos que me ofrece el viaje a tu encuentro. No logro verte pero si me son ofrecidas sensaciones que colorean mi cabeza, aceleran mi corazón y empapan mis mejillas. Paseo por tu mar y lo huelo. Me siento junto a aquella fuente que me dio de beber. Observo rostros familiares sin ser conocidos. Me engulle tu magia al caer el sol y saboreo tu ritmo de bailes y fiestas.

No se si así ocurrió, pero así debió de ser. Es cómo me hacías, me haces y me harás sentir. La historia podrá ser contada por multitud de narradores, cada cual elegirá la suya, ésta es la que yo elijo.

lunes, 25 de mayo de 2009

Un día de tantos, la pantalla se apodera de la atención. Ojos alelados observan lo que envían esas líneas de colores y sonidos. Sólo un par de ojos desvían la mirada hacia un pequeño objeto que descansa en el suelo. Éste es una simple bola de papel. Sara se dirige a ella con curiosidad, la toma entre sus diminutas manos y se la lleva a la boca, con afán de investigarla. Camina con ella hacia Carlos, él le describe el significado de la pequeña bola de papel. Juntos la deshacen y la vuelven a hacer. En el rostro de ella se pueden adivinar gestos de sorpresa. Sus ojos y su boca se abren hasta el infinito, es cómo si por arte de magia, un simple papel se transformase en pelota una y otra vez. Acuerdan iniciar un juego, Sara toma una silla, se sienta frente a Carlos y comienza la diversión. Uno lanza la bola para que el otro la atrape. Los dos se entretienen y sus risas despiertan la curiosidad de José Antonio, que sin pensarlo y sin palabras, toma otra silla y pide participar en el juego. Sara y Carlos no lo dudan y ahora son tres jugando a pasar la bola de papel. La curiosidad de José Antonio se contagia y primero Álvaro y después Luna, se unen a la diversión. El juego se anima y cada vez los pases se dan con más ritmo y energía. De repente uno de ellos dice; “¡vamos a bailar!”, e intercambian sus posiciones sin que deje de rotar la bola. Ante este inesperado revuelo, aparecen carcajadas y gritos de recreo. El tiempo discurre de manera fugaz y sin darse cuenta, todos sienten que se avecina la hora de almorzar. Nuevamente, sin tener que decir ni explicar nada, uno a uno se va despegando del juego y se dirigen al lugar de la comida. El juego va desapareciendo con calma para dar lugar a una nueva celebración de manjares exquisitos.
Sentados, de nuevo juntos en la mesa, cuentan sus sensaciones y hablan del divertido juego entre bocado y bocado.
La bola de papel, la creadora de ésta diversión, descansa nuevamente en el suelo del salón a la espera de ser investigada por otro u otros curiosos aventureros.

domingo, 24 de mayo de 2009


No sé por qué lo hice. Pero en lo que sucedió aquellos días reconozco hoy el mismo esquema por medio del cual el pensamiento y la acción se han conjuntado o han divergido durante toda mi vida. Pienso, llego a una conclusión, la conclusión cristaliza en una decisión, y entonces me doy cuenta de que la acción es algo aparte, algo que puede seguir a la decisión, pero no necesariamente. A lo largo de mi vida, he hecho muchas veces cosas que era incapaz de decidirme a hacer y he dejado de hacer otras que había decidido firmemente. Hay algo en mí, sea lo que sea, que actúa; algo que se pone en camino para ir a ver a una mujer a la que no quiero volver a ver más, que le hace a un superior un comentario que me puede costar la cabeza, que sigue fumando aunque yo he resuelto dejar de fumar, y deja de fumar cuando yo me he resignado a ser fumador para el resto de mis días. No quiero decir que el pensamiento y la decisión no influyan para nada en la acción. Pero la acción no se limita a llevar a cabo lo que he pensado y decidido previamente. Surge de una fuente propia, y es tan independiente como lo es mi pensamiento y los son mis decisiones.


(De El Lector, Bernhard Schlink. Traducción de Joan Parra Contreras. Ed. Anagrama)



sábado, 2 de mayo de 2009




Podía contar, aquella tarde en la isla de La Cartuja de Sevilla, que un día de hacía años, en el transbordador que nos llevaba de regreso a Nápoles, tras una breve visita a Capri, recibí una lección literaria por parte de Bernardo Atxaga. El escritor todavía inmaduro que era yo tenía muchos problemas para terminar su primer libro, y uno de ellos era que necesitaba hablar de un fantasma que se le aparecía y le revelaba unos importantes secretos acerca de la verdadera naturaleza de la vida. Pero no sabía cómo hacer verosímil la aparición repentina de un fantasma. Le trasladé mi problema a Atxaga, que me escuchó con paciencia. En un momento determinado, viendo que me alargaba demasiado en la exposición de aquel problema técnico, me interrumpió. "Pero es que es muy sencillo, basta con escribir que se te ha aparecido un fantasma."


(De Doctor Pasavento, Enrique Vila-Matas. Editorial Anagrama)



viernes, 1 de mayo de 2009




desde una calle estrecha

en el horizonte aparece

la inmensa montaña

alcanzando mejor

el cielo que los edificios






luz es ausencia

de oscuridad,

antigua moneda

expoliada al museo

de la intemperie,

este paso de los días

como si nada,

lánguida inmortalidad

de párpados caídos

cuya piel roza

(blanco aire en la blanca

transparencia de una cortina)

la rosa de su tibieza.



gracias das ido

como si nada, a nadie.



miércoles, 29 de abril de 2009




Se imponen las palabras y aún siente el refinado gozo de la creación y el descubrimiento, tan sutil como si nada. No la burda satisfacción de la propiedad.






Decir luz u oscuridad

una noche amarga

o mediodía feliz


en la piadosa mentira

del deseo con la ilusión

del adolescente o suicida

para alcanzar la cierta

belleza de la muerte.






A los soportales de una biblioteca,

en el zoco de un pueblo

no se sabe dónde,

sale y enciende un cigarrillo.

Camina por las sombras

entre invisibles muros

como un centinela

de arrítmicos pasos

sin prestigio.

Entre la lanza del humo,

con esfuerzo de tos,

se le escapa la saliva

de alguna metáfora,

entresaca el residuo

de sus sílabas.



Los aborígenes,

con intransigente pena y ternura,

lo saludan al paso.

-Estará purgando, se dicen.

Ven un extraño animal

feliz en su jaula.



martes, 28 de abril de 2009




moscas en la umbría


de la casa,

festivos lunares

también de sombra

espantadas

de aquel viejo vestido,

vienen del calor

nerviosas y cansadas,

del armario empotrado

de la luz en el balcón

a beber nuestro sosiego






Ocupad,

aves de los sentidos,


las marismas del alma

(ciertos humedales

que ahora tocas)

bajo el gobierno de la brisa

y la cálida indiferencia

de la luz



viernes, 24 de abril de 2009




brezo blanquecino,

velado con gasa

de tierra y luz seca

y aún así,

el esfuerzo conciso,

la frescura del verso,

la memoria de la lluvia

en la raíz, el pétalo

arriesgado en la intemperie



jueves, 23 de abril de 2009




el silencio de una rosa

en el regazo de un libro

hermosa como huella

en la paz del desencanto,



la patria no encontrada

que nunca encontraré



miércoles, 22 de abril de 2009

ella, el viento




Quisieras acariciar el gato

del aire con sus garras de viento

cuando paseando dices, vente,

y los brazos del sonido caen

mesando el eco tu terco oído,

pisas las hormigas de las letras,

las recoges como un loco, vente,

y de nuevo el levante se vuela.




viernes, 17 de abril de 2009

Balada imprecatoria contra los listos




(Aquí, un poema bastante conocido de Álvaro Mutis, que pegué hace años en una contrapuerta de mi escritorio)



Ahí pasan los listos.

Siempre de prisa, alertas, husmeando

la más leve oportunidad de poner a prueba

sus talentos, sus mañas,

su destreza al parecer sin límites.

Vienen, van, se reúnen, discuten, parten.

Sonrientes regresan con renovadas fuerzas.

Piensan que han logrado convencer,

toman a sonreír, nos ponen las manos

sobre los hombros, nos protegen, nos halagan,

despliegan diligentes su abanico de promesas

y de nuevo se esfuman como vinieron,

con su aura de inocencia satisfecha

que los denuncia a leguas.

Jamás aceptarán que a nadie persuadieron.

Porque cruzan por la vida

sin haber visto nada,

sin haber escuchado nada,

sin dudas ni perplejidades.

Su misma certeza los aniquila.

Pero, a su vez, también sus víctimas

suelen olvidarlos, confundirlos en la memoria

con otros listos, sus hermanos,

tan semejantes, tan deprisa siempre,

tratando de ocultar a todas luces

el exiguo torbellino que los alienta

a guisa de corazón.

Todo cuidado, toda prudencia,

de nada valen con ellos,

ni vienen a cuento.

Su efímera empresa, al final,

ningún daño logra hacernos.

Los listos, os lo aseguro, son inofensivos.

Es más, cuando me pregunto

adónde irán los listos cuando mueren,

me viene la sospecha de si el limbo

no fue creado también para acogerlos,

sosegarlos y permitirles rumiar,

por una eternidad prescrita desde lo alto,

la fútil madeja de su inocua cuquería.

Ignoremos a los listos y dejémoslos

transitar al margen de nuestros asuntos

y de nuestra natural compasión

a mejores fines destinada.

De los listos no habla el Sermón de la Montaña.

Esta advertencia del Señor, debería bastarnos.



Cada instante




Nace cada instante y la Memoria,

solemne sonajero,

cuna, teta o regazo

mayor de la tribu,

conseguida a cada instante

desde siempre, sin descanso,

lo acoge para no romper

(en desvelos o sueños)

cada instante a llorar.



domingo, 12 de abril de 2009




Sólo el amor de un zaguán

con su altura de cigüeña

en los postes de la noche.



viernes, 10 de abril de 2009




El minimalismo del canario, su tímido piar a mediodía, como picoteando el aire.


El ritmo lento de las horas en los días de fiesta, su alpiste para los sentidos.



miércoles, 8 de abril de 2009




Estás dentro, estás en,

y has de salir

a la mañana sin motivos,

fría y despejada,

sin silabeo de las nubes

ni menester de su permiso

o líquida bendición

para poder oler de nuevo

los vapores desatados. Porque sí.



miércoles, 1 de abril de 2009




De una simplicidad condescendiente a otra condensada.


En la prehistoria están todos los errores, pero también todos los aciertos espontáneos sin miedo al cerco de aquellos.


La memoria es un ejercicio de futuro.



martes, 24 de marzo de 2009

Recuerdos de un lejano ayer

Vuelcas tu ser en orientar tu existencia y un día, sin más, es tu vida la que decide dar un vuelco sin contar contigo.



Incubando un amor en la espalda

a traición de los ojos.

Lo intuyen las manos

y no alcanzan a asirlo.



sábado, 21 de marzo de 2009




Qué palabras, cuáles van

desde mi cuerpo al poema.

Las idas, no las llegadas.

Aquéllas no de mi vida.

Las solas, las que desvelan.

Las de la espuma en la boca.

Las frías olas sin rima,

sin playa, sin descansar.

No repetidas ni rotas

en estrambote de piedra.



miércoles, 11 de marzo de 2009

la voluntad




Esa partícula finísima que ilumina un sol filtrado y cambia en todo punto la mirada.



martes, 10 de marzo de 2009




Si la luz fuera caída,

si no se sostuviera

en su propia vertical sin frondas,

dejadme en esta bruma,

horizonte de buenos escalofríos,

sobre el viejo mar de la mañana.



domingo, 8 de marzo de 2009

Arquitectura de la derrota




Habrá que renunciar a un techo

para que bien discurra el sol.

Construir de nuevo el aire

quitando cada piedra

como antes las pusimos:

arrojarlas en la orilla,

que glorioso crezca el musgo.

En las olas zambullirse

haciendo de su muro un pasadizo.



domingo, 1 de marzo de 2009




La polisemia vasta del desierto.

El gránulo tibio de una palabra

multiplicado hasta la soledad.

El nervio espejeante del deseo,

silencio enciclopédico del aire.



domingo, 22 de febrero de 2009




¿Adónde te escondiste [...]
San Juan de la Cruz


Correos postales y electrónicos,

teléfonos móviles y fijos,

chats, foros, weblogs y faxes,

coches, trenes, autobuses, motos,

barcos, aviones y bicicletas.

Estoy empezando a meditar

ponerle un collar a una paloma,

echar a la mar una botella

o hacer señales de humo

con estos estúpidos papeles.




sábado, 21 de febrero de 2009




La ternura entre los dedos

de un cigarro irrenunciable

como canica compañera

sin círculo ni bolsillo:

un vetusto amuleto

sin suerte ni memoria.



Psiquiátrico




Allí es donde espera

el amor su cumplimiento,

jugando al ajedrez

con un computador

en un nivel incomprensible.



viernes, 20 de febrero de 2009




del amor con Satie en la media tarde
David Castillo


En el nublo sosiego

del bien esculpido fracaso

por el Tiempo,

artífice intocado,

te apareces esta noche

de Satie vestida y güisqui.



He asentido a tu poema

como el último.



Esta noche

nos dijimos certeros

como dos desconocidos.



lunes, 2 de febrero de 2009

viernes, 30 de enero de 2009




No busca justificación alguna, sólo una forma apropiada de vivir, apropiarse en la memoria de lo suyo. La vida no necesita justificante, pero sí un permiso digno de salida.



miércoles, 28 de enero de 2009

Inconsistencia




Te dices: huesos, músculos,... la sangre.



A veces no te explicas cómo alzas

este cuerpo más grave que la carne,

cómo erguido traspasas cada día

sin saber quién ni a dónde, todavía

de la mano del sueño donde cumplen

los deseos -el miedo- sus hazañas,

goteando su ausencia como un hilo

sobre el puente hasta el sueño -otra vez-.



En la interrogación a veces surge

la voluntad y te preguntas cómo

en medio del cercado de los ciclos

es posible un paréntesis de vida,

un silencio alcanzado con palabras

que te exculpen de estar entre silencios.



martes, 27 de enero de 2009



Courbet



El origen del mundo no se da importancia a sí mismo. Vive, palpita, brilla en su oscuridad. Sonríe ante la embestida de la duda. Condesciende a la glosa. No necesita.



miércoles, 21 de enero de 2009

domingo, 18 de enero de 2009

Juan José Millás sobre escritura


Venía a decir más o menos, en un programa de televisión, que la frase “escribir es vivir” era una excusa autojustificativa que ocultaba la verdadera disyuntiva, la elección entre ser personaje de una novela (vivir) o escribirla.



sábado, 17 de enero de 2009




El azafrán, las hebras líquidas del güisqui.






Lars Frydén. Gustav Leonhardt


Güisqui. El círculo insistente

de una sonata de Bach

para violín y clave sostenido

en las volutas del tabaco.

Resquebrajarme limpio, después

moroso diluirte con el hielo.



jueves, 15 de enero de 2009




Una lámina de hielo

que cercene las vocales.



Escudarse en la bufanda.



jueves, 8 de enero de 2009




Vivir la marejada imperceptible de los gestos,

la permanente incertidumbre de lo vero a medias.

Agarrarse al pecio aparecido de una caricia:

fantasma desgajado, futurible, de aquel barco.



miércoles, 7 de enero de 2009




Agua que arriba

a la orilla en rumor

de despedida.



martes, 6 de enero de 2009




El sol temprano en los bloques de edificios

que no son altos árboles de cemento

ni monumentales tajos o cañones

con sus valles y hondos ríos de cemento.

La metáfora, palaústre caído

que se hundió fosilizada en el cemento.

La metáfora vil de una metáfora,

ripioso endecasílabo de cemento.



lunes, 5 de enero de 2009




La vida es como un bosque

Pablo García Baena


El bosque no pisado es siempre oscuro.

Enfila cualquier senda, da lo mismo

la zurda o la diestra, mas camina

sin suelo contemplando aquellas copas,

los trinos y corteza, los frutillos

y tierra húmeda calando el cuerpo.

No prestes atención a lo que huye

adelante y atrás, sé este círculo

de agua. Pósate en este claro.

Sé preclaro en el bosque siempre oscuro.



domingo, 4 de enero de 2009

El examen


En el sueño, recurrente hasta la pesadilla,

cometía el error de la esperanza, su hartazgo,

mantenerse inactivo en el miedo

(en medio de un pasillo infinito)

hasta que llegara lo imposible,

el deficiente paraíso del aprobado,

la utopía compasiva de la connivencia.


Ahora ya no espera y temerario, aún en sueños,

se entrega al estudio hasta el deliquio

insobornable del sobresaliente suspenso

(en el aula final del pasillo).



sábado, 3 de enero de 2009

Después de ti

Llegada la noche, nos dirigimos a nuestro encuentro para dar comienzo al delicioso ritual.
Te deslizas entre mis manos, mis dedos te analizan suavemente y te esparces entre sus líneas.
Da comienzo el juego que configurará nuestra más íntima conexión. Me impregno de tu sabor, te esparces por todo mi cuerpo. La danza continúa uniéndote a mis labios una vez tras otra. Creamos mundos imaginarios configurando nuestra realidad.
Después de un enérgico estremecimiento llegamos a su conclusión fundidos por un destello de calor.
Parece que acaba todo pero no, no llega aún su fin. Preparo tabaco para liar un cigarro. Una vez hecho, lo enciendo y fumo el más placentero de ellos. Este cigarro culmina la plácida sensación mencionada. Extenúa la agitación y se abraza a la calma extrema. Serena mi interior iniciando un concierto de colores. Un nuevo y relajado orden interno, proporciona diferentes estímulos que empujan mi caminar.

viernes, 2 de enero de 2009

tres gotas para un vaso lleno




Una plaza es un callejón sin salida muy transitado, un círculo vicioso.

***

Ser misántropo consuela de ser tan estúpido.

***

Escribir con pesimismo levanta el ánimo.






Hablaba muchas veces de su experiencia. Lo que se creía con derecho a llamar así era algo que había chupado de los libros, una gran desconfianza y un gran desprecio por sus semejantes.

(De "Senectud", Italo Svevo. Traducción de Carmen Martín Gaite)

****

Desde que se fue sólo hacía buscar una solución en los libros a tanto enigma estulto dejado en el aire. Pero aquellas páginas no daban una sino mil soluciones todas válidas, y un sólo error latiendo triste y hondo como el mundo. Lo que quedó en paréntesis transformóse en silencio de libros macerados, como relojes blandos, y calles putrefactas de risas.



Última frontera


Pasajeros del miedo y capitanes nocturnos

cruzaron esa costa que uno sueña a veces como patria:

la muerte en los faluchos, la niebla en los faros,

un escritor yanqui como una cuba, ahíto,

y una amable joven que tal vez nunca estuvo

junto a mi en los viajes que la pasión emprende.


A un lado, la medina de esquinas turbulentas

y, al otro, oficiales puede que galeses.

Yo nací junto a un río que no existe hace mucho,

a la vera de un puerto donde el dinero es la ley.

Traíñas desguazadas, comerciantes cansados,

la bruma que amanece desfigura los rostros

y dioses distintos se lanzan a la calle,

en búsqueda de alguien que hoy les reconozca.


En Tánger, yo fui otro. En Gibraltar, sentí

que no hay bandera que sirva ni que merezca una muerte.

En Algeciras, estuve riñéndole a mi vida,

renegué de los años, maldije cuanto soy

y me libré a puñetazos de esa oscura memoria

que saca su cuchillo y lo esgrime delante

de un hombre que no sabe qué sentido tiene

soñar con nuevos mundos si no es posible éste.


Me quise forajido de la última frontera,

un vaso de té, una canción suave, mi cárcel fuere,

quizá un cigarrillo compartido al crepúsculo,

en un bar donde aceptase que el mar es el morir.

He aquí el Estrecho, acaricio su mapa.

Un almuédano grita hermosamente, un tipo

alija el contrabando, una muchacha rubia

dice I want you, no sin cierta ternura.

Uno estaba escrito de antemano entre sus casas,

como un barrunto del viento y el ánimo mestizo,

amurado a babor de su melancolía,

fugitivo, proscrito y sin salvoconducto.


Sobre el bajel del tiempo, yo vigilo las olas

y antiguas emociones siguen encalladas

contra el viejo muro de mis propios arrecifes.


Somos ese cadáver que está sobre la arena,

preguntándonos a todos quién es el culpable.


(De "Las causas perdidas", Juan José Téllez. Ediciones Endymion)



jueves, 1 de enero de 2009

La vieja


La piel rugosa y fría de la pared.

La espalda ya encorvada del cuarto de baño.

Los ojos de los fogones capaces de alimentar.

La boca silenciosa de la puerta donde no entran moscas.

La veste blanquísima del aire.

Los abalorios de las cosas y el mobiliario.

El pecho del balcón palpitando según tiempo.

La lubricidad con moho de las tuberías, lo indecible y la memoria.

El alma , la chimenea ausente o la estufa solitaria.

Las manos de los libros y los pies extensos del mármol.

El regazo estudioso del sillón.

La infidelidad del televisor.

La otra vieja indiscreta, la ventana a los vecinos.

El extraño nieto acabando no se sabe en un cuaderno.






Noche rojiza

de sordo sirimiri.

¿Por dónde vago,

en qué páramo adentro

de la misma ciudad?