lunes, 3 de marzo de 2008

Livianos destellos se abrazan y emanan arroyos luminosos. Traéis con vosotros una dulce fuente de sosiego que clarifica tan turbios sumideros. Profundas simas madres del albor. Un albor que presenta un divertido y acordado juego con las palabras. Con él se desglosan recónditas emociones, para así, avanzar la senda por sus vías aún más sólidas y reforzar nuestra intrínseca conexión.

Llegan infinitos manantiales de libertad para decidir el instante de dar el soplo y germinar en la esfera más dispar.

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