domingo, 1 de marzo de 2009




La polisemia vasta del desierto.

El gránulo tibio de una palabra

multiplicado hasta la soledad.

El nervio espejeante del deseo,

silencio enciclopédico del aire.



2 comentarios:

Marisa Peña dijo...

A veces las palabras parecen estar en un vasto desierto y sus múltiples connotaciones no son sino un eco del más absoluto silencio. Un abrazo sergio.me alegra ver que sigues ejerciendo tu don de la palabra.

s dijo...

Gracias por tu comentario. Me alegra seguir viéndote por aquí. En mi caso, ese don del que hablas es bastante dudoso...pero gracias por el elogio.

Abrazos par ti, Marisa.