La precisión del río en los guijarros.
En la orilla el sol, como se dice,
vuelve a bañarlos,
con su paño sin pliegues
los frota y limpia
y tierno los deja
en el joyero extenso
de terciopelo verde y alto.
Piedras preciosas para el niño.
"Qué extraño es estar vivo [...] Tu vida la sostiene, acaso, esta extrañeza." J. Corredor-Matheos
4 comentarios:
Y para mí. Piedras preciosas y muy bonito poema.
Un beso, Sergio.
Gracias por tu generosidad, no sé si merecida, Olga.
Un abrazo.
Hermoso poema. Me gusta mucho la idea que encierra el último verso, que dice que los guijarros son "piedras preciosas para el niño". Ésa es la visión de un buen poeta, que convierte las cosas más sencillas en tesoros. Me recuerda a algo que yo hacía de niño: aunque soy canario, y en las islas, como es sabido, no hay ríos, solía coleccionar los guijarros que la marea abandona en las orillas de la playa.
Pues gracias de nuevo, Ramiro. Esa era la intención del texto, creo que expresada de manera bastante sencilla, aunque, como le he dicho a Olga, no sé si merezco que digas eso de "buen poeta"... De todas formas muchas gracias. Vuelve cuando te apetezca.
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