martes, 4 de noviembre de 2008

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escribir a mano es el último grito en sensualidad, el fetiche de los más lujuriosos, los que gustan de la seda primigenia con las yemas de sus pupilas, aquéllos que comprenden la escritura como irreprimible menester, y les coge en medio de cualquier sitio



2 comentarios:

Olga Bernad dijo...

...o no puedes hacerlo de otra manera: si ni en el trabajo ni en casa es posible escribir, sólo queda el rato del café (y no todos tenemos portátil). Un bar es la tierra de nadie donde nadie te molesta y no estás del todo solo. Te lo aconsejo, no sé si es lujurioso, pero a mí me encanta:-)
Un saludo, Sergio.

P.S.: Pero muy bien tu anuncio, a partir de ahora procuraré, además, sentirme sexy.-)

s dijo...

Desde luego un bar es un buen sitio, a mi también me gusta, tomando café: me siento observado pero invisible...

Lujurioso...(risas). Bueno, lo de la sensualidad lo digo por los dedos, por utilizar todo el cuerpo: alma, mente y carne. Para mi no es lo mismo escribir a mano que en el ordenador, aunque al final el texto se acabe y pula en éste. Lo concibo como algo muy matérico: placer intelectual pero también carnal.

Un saludo.